Tomar agua es un hábito bastante sano que puede mejorar la calidad de vida de las personas, ya que aporta muchos beneficios, como por ejemplo una piel más sana e hidratada, pero ¿qué sucede cuando esta práctica se convierte en una obsesión?
Felipe Herrera, médico general del Hospital Metropolitano, habló acerca de los peligros que puede acarrear el consumo excesivo de este valioso recurso.
Hiperhidratación, es el término que se le concede a este fenómeno, en el cual los individuos toman más líquidos de los que realmente necesita su cuerpo, alterando de sobremanera las funciones metabólicas, químicas y de digestión del organismo, condicionando directamente su salud.
Actualmente existe la creencia de que entre más agua se consuma más peso se puede perder, sin embargo esto es solamente un mito, ya que el especialista afirma que no existe relación alguna entre el consumo de agua y la pérdida de grasa.
Herrera expresó que la cantidad de líquido que se debe tomar a diario dependerá del estilo de vida de cada persona, pues el consumo no será el mismo para un atleta que para un oficinista. No obstante, aclaró que la cuota mínima que se debe ingerir por día es de 8 vasos.
Muchos pensarán que tomar agua en exceso no es nada del otro mundo, pero no podrían estar más equivocados, ya que un caso severo de hiperhidratación puede provocar desde convulsiones hasta un estado de coma, por lo cual es un problema para darle la atención del caso.
Ante tal situación las personas deben ser más prudentes con sus hábitos, tomando en cuenta que todo en exceso es perjudicial.
“Todo con moderación, incluso el agua, esta tiene una gran cantidad de beneficios para nuestro organismo, pero en exceso podemos vernos afectados seriamente”, explicó Herrera.
Además el especialista brindó una lista de los principales problemas que puede provocar este padecimiento.