Con mucha ilusión los vecinos y asiduos visitantes del cantón de Montes de Oca esperaban desde el pasado año la instalación de la anunciada Policía Municipal de Tránsito. La oficialización a principios de este año de su operación fue recibida con gran entusiasmo por ciudadanos residentes y población flotante. Más aún cuando observamos una moderna patrulla, motos y equipos complementarios de primer orden.
Los problemas principales que se observaban eran: carros estacionados en las calles más transitadas, con zonas amarillas a los dos lados. Carros, motos y bicicletas en contra vía, taxistas creando sus propias paradas, camiones de reparto ocupando las calles en doble estacionamiento, calles estrechas con carros parqueados en ambos lados y que son de doble vía (pasa un carro con dificultad), aceras con desniveles o sin pavimentar, imposibles de transitar para adultos mayores o personas con discapacidad.
Además, escombros en las calles que nadie recoge, vecinos que botan basura en cualquier lote o esquina del barrio. ¿Para qué seguir explicando? Bastaría con que los responsables de la municipalidad recorrieran el territorio del municipio para ver todas las irregularidades que existen.
En fin, llevamos meses con la Policía de Tránsito en ejercicio y no se ve ningún gran cambio a nivel general. El sector más concurrido del cantón -la Calle de la Amargura, el Parque y la Municipalidad – es tierra de nadie.
La parada de taxis del Parque Kennedy se cambia automáticamente a las puertas de la Municipalidad, cuando esta cierra. Igualmente, los días sábados, domingos y feriados.
La calle que se ubica frente a la Municipalidad no tiene indicación de no virar a la izquierda, lo que crea serios problemas con carros a contravía. Igual situación sucede con la calle del parque al restaurante Pomodoro, y la parada de la Periférica que pasa llena de taxis. Algunos de los “jardines ecológicos” que han instalado con esfuerzo los vecinos están llenos de escombros.
Es de reconocer que algunas aceras fueron reconstruidas, especialmente en la entrada a la UCR, con guía para los no videntes, algo muy loable.
En los barrios, hay que evitar las dificultades existentes. Para muestra un botón: en la gasolinera de Sabanilla con Carmiol eliminaron la acera e instalaron unas macetas y la casa de la par no tiene acera.
Para terminar una pregunta: ¿Si se está asfaltando y se quiere agilizar el tránsito, por qué no prohibir el parqueo de carros y buses y demarcar los giros a la izquierda y derecha en la salida y entrada hacia la Ciudad Científica?
La creación de estacionamientos en la UCR ha creado un caos vial en sus entradas (detrás del Calasanz y diagonal al Colegio Monterrey).
Espero que esta crónica se admita como una crítica constructiva.
*Editor