Guardacostas rescató a madre, hijas y nieta
La pérdida temporal de unos documentos de su motocicleta provocó que Klever Paco, oficial del Servicio Nacional de Guardacostas, pudiera rescatar a cuatro mujeres de la misma familia en playa Caldera, Puntarenas.
Tras retrasarse más de 20 minutos, salió de su casa en su recorrido habitual hacia su trabajo y cuando iba en su motocicleta observó el movimiento de personas, eso lo llevó a bajarse del vehículo y dirigirse hasta la playa.
Al llegar se percató de que una mujer estaba como a 20 metros de la costa solicitando ayuda y al ingresar al mar para rescatarla se percató que había cuatro personas en riesgo, entre ellas una niña de tres años.
“Si hay algo que a uno le impacta en estos casos es encontrarse niños, que es más fácil que se puedan ahogar”, compartió Paco.
Tras poner a salvo a la menor, se dirigió de nuevo al agua para sacar a la adulta de 54 años, quien es madre de dos de las mujeres y abuela de la pequeña.
En apariencia, esta mujer de apellido Carvajal Romero fue la más afectada, debido a que intentó salvar al resto de su familia.
Paco posteriormente salvó a las hermanas de apellidos Serrano Carvajal, de 15 y 33 años, para poner así fin al rescate de todas las personas que se estaban ahogando.
“Entonces digo que fue Dios, todo lo hizo Dios para que yo pasara en ese momento justo para que esa familia se pudiera salvar”, afirmó.
Un ciclista que transitaba por el lugar al momento de la emergencia le ayudó al oficial de Guardacostas a llamar al 9-1-1, lo que permitió que, al momento del rescate, se trasladara a la mujer de 54 años al Hospital Monseñor Sanabria.
El oficial indicó que, tras finalizar con el rescate de esta familia, no tiene idea de cómo logró llegar en cuatro ocasiones hasta el mar y poder sacarlas una a una.
“Cuando yo saco a la última persona, yo pienso en la adrenalina, cuando llego a la arena con ella, ya las piernas no me dan y me desvanezco en la playa, no sé si es la vocación o la adrenalina que se siente”, explicó.
El oficial de 34 años tiene un total de 12 años de pertenecer al Servicio Nacional de Guardacostas y es padre de dos menores de edad.
“Yo siempre he dicho que Dios lo pone uno en ese momento ahí, cada vez que uno va pasando y se está ahogando alguien, casi siempre es así. Son solo 30 segundos o un minuto para salvar a alguien”, añadió.