Un hombre de apellidos Villanueva Almanza hizo malabares para deshacerse de las pruebas que lo incriminaban en dos casos de robo y homicidio, pero la astucia de las autoridades prevaleció durante los allanamientos efectuados en Orotina, que dieron como resultado su captura.
Este despliegue lo realizó personal del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) en conjunto con el Ministerio de Seguridad Pública (MSP) en tres viviendas de Barrio Santa Rita en Coyolar durante varias horas.
A esta persona la divisaron en su casa, pero minutos antes de su encuentro con la policía corrió para quitarse de encima elementos que lo relacionarían a la investigación.
Tiró una escopeta al patio del vecino y una bolsa con droga la lanzó al techo de su vivienda.
El nicaragüense de 25 años creía que se iba a salir con la suya, se mostró tranquilo durante la revisión, pero minutos después su plan se cayó a pedazos.
Primero un agente se subió al techo para recoger la marihuana, luego otro lugareño les comentó sobre la escopeta, pero tuvieron que esperarse varios minutos para buscar al dueño de la propiedad, pedirle permiso para ingresar y recoger la prueba.
Al hombre lo relacionan con la muerte de Gilberto Kermin Díaz Hernández, a quien mataron el 4 de junio del año anterior mientras descansaba en un lote baldío.
Ese día otro hombre ingresó en el montazal con un arma de fuego y le disparó a quemarropa en la cabeza, dejándolo sin vida en el lugar. Posteriormente escapó.
El caso se manejó como ajuste de cuentas por rencillas personales.
Por si no fuera poco, los investigadores descubrieron que Villanueva formó parte de la banda de Irving Alejandro Guido Toruño, alias El Gringo, catalogada como una de las más peligrosas del cantón central de San José.
Guido, nicaragüense de 33 años, a punta de sangre conquistó varios puntos estratégicos en la capital para el narcotráfico. Debido a su éxito, extendió los negocios en la venta de cocaína, marihuana y crack a los cantones del occidente de Alajuela.
Durante su reinado, el OIJ le atribuyó ser el autor intelectual de al menos 12 asesinatos, desde venganza a otras bandas hasta cobronazos figuraron en los motivos que tuvo El Gringo para dictar ley a su manera.
Pero el 16 de diciembre, tras esconderse varias semanas debido a que se consideró uno de los hombres más buscados en el país, lo mataron a puñaladas y lo lanzaron al puente de Bajo Los Ledezma en La Uruca.
COMPINCHE PASIONAL
Minutos antes de la revisión de Villanueva, detuvieron a su pareja sentimental que se apellida Chaves Retana, quien era más que su amor, hasta efectuaron fechorías juntos.
En el momento que la trasladaron a una de las casas incautadas, divisó el lente de DIARIO EXTRA y lanzó insultos como “¡No me tome fotos, carepicha!”. Aunque les exigió a los oficiales, estos ignoraron su petición.
A la femenina la agarraron por una causa de robo agravado, ya que a principio de año junto a su novio forzó las cerraduras de una vivienda en el barrio donde los capturaron.
Al notar que ninguna persona se encontraba dentro se robaron varias pertenencias, entre ellas un televisor.
A los detenidos los pasaron a la delegación de la Fuerza Pública, les tomaron sus datos y los enviaron al Ministerio Público para abrirles expediente.