Más de 300 ticos se encuentran en Israel y de acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto la mayoría se encuentra fuera de peligro.
Tres compatriotas relataron a DIARIO EXTRA las horas de terror que vive Israel a causa de los ataques del grupo subversivo ultrafundamentalista Hamás. Sirenas sonando a toda hora, alerta permanente, pocas horas de sueño y miedo son algunas de las tristes situaciones que los ticos tuvieron que conocer desde la semana anterior.
De acuerdo con reportes de las Fuerzas de Defensa de Israel más de 1.200 israelíes murieron desde que Hamás lanzó su ataque sorpresa a gran escala. Al dato se deben sumar más de 3.000 heridos y más de 5.000 cohetes lanzados hacia Israel. Desde el lado palestino informan que hay, al menos, 1.055 fallecidos y 5.184 personas con heridas de diversa consideración.
“TORTURAN ADULTOS MAYORES”
“(…) Nos enteramos de todo por medio de las noticias, cuando vimos que estos terroristas se infiltraron en una fiesta a aniquilar gente, la verdad sentí mucho miedo, allí fue cuando supimos la magnitud del evento. Los terroristas mataban gente y lo compartían a través de las redes sociales del fallecido.
Secuestraron gente se la llevaron a Gaza y después llamaban a los familiares para avisar que ya estaban muertos. Tengo familiares y amigos en donde caen bombas y lo único que les queda es entrar en sus refugios”, relató Sharon Schwartz a DIARIO EXTRA.
La tica, que reside en Netanya ciudad en el centro de Israel desde hace seis años, comentó que los momentos son de tensión e incluso, perdió amistades a causa de los ataques.
“El hijo de una persona conocida fue a una fiesta y lo acribillaron. Todos los días vemos nombres nuevos de fallecidos, el miedo se ha intensificado y cada día que pasa se intensifica porque esto va para largo.
Todo mundo anda con un cuchillo en la mano, circulan videos de niños decapitados, adultos mayores secuestrados o torturados, videos de mujeres violadas, se están usando escudos humanos (…). Creía que después del Holocausto no vería algo así, pero esto es una masacre.
Familias enteras han sido aniquiladas. El hermano de una amiga murió a los 22 años. ¡Imagínate estar en Palmares pegándose una fiesta y que llegue un grupo y mate a diestra y siniestra! Han asesinado a cristianos, judíos y a los mismos musulmanes, ¡es terrible! (…). El pueblo se ha unido, muchos empacan cosas para mandarle cosas a sus soldados, la gente tiene miedo, ¡más nosotros que crecimos sin ejército!, añadió.
“QUE NO ME CAIGA UN MISIL”
Otro de los ticos que conversó con El Periódico de Más Venta en Costa Rica fue Ygal Benzaquen.
“Trato de respetar el sábado y nunca contesto el teléfono, ese día cuando comenzaron los ataques terroristas, un amigo me llamó desde Tel Aviv y me preguntó si estaba bien, le dije que ¿por qué no debería de estarlo?, y me contestó: ‘¡Poné las noticias! ¡Estamos en guerra!’. Lo primero que dije fue: ¿Cuándo me dormí?, ¿estaré despierto?, ¡esto es una pesadilla! Un amigo murió en un bombardeo en Ashkelón, ¡ha sido muy duro!, ¡muy lamentable.
Vivo en un octavo piso y solo decía: ¡Que no me caiga un misil!, solo tendríamos un minuto para encontrar un refugio. Nos dijeron que compráramos agua y alimentos para estar tres días en bunkers. Tenemos algunas restricciones de movilidad, pero ayer cuando pudimos salir, fui al supermercado y hay una canasta para comprar víveres para los soldados, dentro de lo difícil fue algo conmovedor.
La gente está muy alerta, las personas no se acercan entre sí, se duerme poco por las sirenas, hay mucha tensión. Uno escucha los aviones y helicópteros regularmente, a veces uno se levanta asustado (…).
Lo más crudo, de lo que sé, es que Hamás decapitó bebés en un kibutz, ¡cuando me enteré de eso no pude dormir!, y lo peor es que lo celebraban, las imágenes que me compartieron no me gustaría que las viera nadie. Secuestraron adultos mayores que estuvieron en el Holocausto ¡No tienen humanidad!”, narró desde la ciudad de Hadera.
EN JORDANIA
Uno de los turistas ticos que debieron abandonar Israel fue Carlos Castro.
“Veníamos un grupo de 19 personas de nuestra congregación. El sábado de los primeros ataques estábamos, precisamente, en el Monte de los Olivos y empezamos a ver como la Cúpula de Hierro funcionaba y explotaban los misiles, desde ese momento nos transportaron a un hotel, a un cuarto de seguridad, posteriormente, nos llevaron a un lugar más alejado de los conflictos, al Mar Muerto.
Nos llevaron a un hotel donde traían personas refugiadas de diferentes lugares, mirábamos personas llorando, personas rescatadas por el ejército, con sus ropas manchada de sangre (…). Al hotel llegaban víveres y ropa para los afectados. Nuestra preocupación era salir de Israel, pero las aerolíneas hacían constantes cambios de vuelos.
A las 4 a.m. nos fuimos por tierra hacia la frontera de Jordania, no sabemos cómo entramos porque solo permitían diplomáticos, ¡había paso regulado! Nos quitaron los pasaportes durante dos horas, fue muy tenso y actualmente estamos en Amán, capital de Jordania, estamos bien, pero fue un momento de mucha tensión. El fin de semana estaremos regresando a Costa Rica”, mencionó.