Los aficionados de la Selección de Costa Rica están listos para montar su fiesta en el Estadio Azteca mañana.
A diferencia de otras ocasiones en las cuales alentaban a la Tricolor por hacerse sentir, esta vez se respira un positivismo extra, ese que después de 2001 se ausentó porque las circunstancias no eran claras hasta ahora, incluso los mismos mexicanos dudan de lo que pueda pasar mañana.
A lo interno de la \”Sele\” los jugadores se la creen, están en suelo azteca con el optimismo al máximo y esperan hacer la hombrada. Todo se definirá mañana pero, de momento, el país sueña con un nuevo Aztecazo.