Henry Picado es un costarricense que desde hace 29 años vive en Nueva York, donde ha logrado posicionar sus marcas de ropa en el mercado local e incluso ser convocado a la semana de la moda en la Gran Manzana.
Desde allá conversó vía telefónica con DIARIO EXTRA.
¿Cómo llega a lo más alto del ambiente de la moda en Nueva York?
-Llegué hace 29 años con $150 en el bolsillo, pero con sueños de grandeza. Yo quería hacer cosas que no se pueden hacer en Costa Rica. La plataforma de diseño no está aún bien estructurada allá, por eso tuve que irme.
¿Cómo empezó a diseñar?
-Empecé trabajando para varias compañías para darme a conocer. Mucha gente empezó a notar lo que hacía y se sorprendían de que era costarricense. La gente pensaba que por ser tico uno no tiene talento, pero en realidad lo que no tenemos es exposición. Ahora mi meta es traer costarricenses y darles exposición. En la semana de la moda de Nueva York contamos estos días con tres ticos modelando.
¿Cómo alcanza el éxito?
-Yo estuve en forma ilegal diez años. Fue muy duro al inicio, yo fui todo lo que Donald Trump no quiere en este país. Tuve días en que incluso no tenía qué comer. La ventaja fue que nunca me rendí. Apenas obtuve mi Green Card pude empezar a escalar en lo que yo quería, que era diseño de moda. Recuerdo que primero me metí a estudiar y el primer trabajo que tuve fue con Bob Naky, que hace diseños para gente importante en Estados Unidos. Me contrató como asistente y la gente empezó a gustarle más lo que yo hacía, que lo que él hacía. Mi nombre comenzó a crecer y crecer. Ahora tengo un negocio que hace $180 millones al año. Por eso nació las marcas Este & Chlo y Henry Picado varones. Tengo dos líneas de hombres y de mujeres.
¿Estar en la semana de la moda en Nueva York es una obligación para sus marcas?
-No es que sea obligado, lo que sucede es que se vuelve algo estricto en el aspecto que uno pueda pagar el espacio o ser muy talentoso. A uno lo invitan, pero para eso debes calificar dando la talla y la calidad que se ocupa acá, que es súper exigente. Un desfile de modas acá te cuesta desde $50 mil (¢28 millones) hasta $500 mil (¢285 millones) Cuando yo empecé no tenía ese dinero, pero poco a poco la gente vio lo que yo hacía y me patrocinaban, incluso era contratado por las mismas modelos y maquillistas. Me ayudaron mucho.
¿Cuánto vale un desfile suyo?
-En promedio $70 mil (¢39 millones). Eso es monto bueno, pero hago otros tipos de shows de moda, donde muchas marcas, lo buscan a uno para unirse. Compañías de comida, vinos, aerolíneas, vehículos como Mercedes-Benz y BMW.
¿Quién lo ayudó para crecer?
– Una dama de alta moda acá en Nueva York, Malena Belafonte, hija del famoso cantante y actor Harry Belafonte, el que hizo la película Beetlejuice.
¿De qué lugar de Costa Rica es usted?
-Yo nací en el Hospital Calderón Guardia. Vivía en Guadalupe de Goicoechea.
¿Extraña Costa Rica?
-Claro, montones. En la situación financiera que teníamos era muy mala. Yo siempre tuve sueños de grandeza, siempre soñé ser el primer costarricense en triunfar en el campo de la moda y por eso me arriesgué a venir acá. Tomé mi maleta en 1991 y me vine. Primero llegué a Los Ángeles, California, sin hablar una palabra en inglés, pero tenía entre ceja y ceja que iba a triunfar.
¿Qué otros trabajos desempeñó?
-Me tocó trabajar en una joyería donde el encargado me explotaba y me trataba mal, me tiraba cosas y me quemó con cigarros. Me amenazaba con llamar a Migración. Cosas muy fuertes. Yo tenía una meta y el plan era llegar donde estoy ahora. Yo sé hacer joyas también, limpiar relojes y trajes.
¿Cumplió el sueño americano?
-(Risas y más risas) Bueno, te puedo decir que para mí nada es suficiente y soy muy exigente, siempre quiero más y más y más. Primero luché por un trabajo, pero tuve la oportunidad de montar mi propia compañía. La segunda meta era poner mi tienda y mi estudio al lado de los más grandes del mundo y lo hice. A mi alrededor tengo a Oscar de la Renta, Calvin Klein, Prada, Louis Vuitton.
¿Amigo de Leonora Jiménez? ¿Lo han invitado al Mercedes Benz Fashion Week Costa Rica?
-No, ella nunca me invitó. La que me invitó una vez a ir Costa Rica fue el Palacio de Modas, doña Rita. Eso fue hace años. Leonora a mí no me ha invitado.
¿Y por qué?, ¿no lo quiere?
-Así es, no me quiere, hemos tenido malos entendidos. discutimos por unos vestidos que eran de mi propiedad, yo se los quité y se enojó. Yo no fui irrespetuoso con ella, pues yo no soy así, pero soy directo y digo las cosas. Eso fue hace muchos años en Costa Rica. No tengo rencor con nadie, más bien trato de ayudar a los costarricenses que deseen venir a Estados Unidos.
¿Qué sigue en su carrera?
-Yo siempre he visto como guía de éxito a Christian Dior, pues de joven era una persona muy humilde. La gente lo quería mucho y él siempre se esforzó por hacer su compañía. Un dato es que la gente deseaba trabajar con él por lo cariñoso que era con sus empleados y colaboradores. Hasta el día de hoy, aunque ya falleció, la gente le sigue teniendo respeto y lo ven como una persona icónica.
¿Quieres ser como Christian Dior?
-Así es.
¿Qué mensaje le da a la gente en estos tiempos difíciles?
-Yo he estado en peores condiciones, en situaciones hasta de no tener qué comer. Mi abuelita me decía que la necesidad tiene cara de caballo.
¿Casado?, ¿con hijos?
-No, aún no me caso, pero tengo compañera y una hija
¿Tica?
-No, ella es española y mi hija americana.
Finalmente, ¿qué les dices a los lectores?
-Les mando un abrazo a todos, mi proyecto más próximo es retomar el mercado latino y me gustaría promocionar mis marcas en Costa Rica.
¿Ha pensado poner una tienda acá?
-Aún no, pues siento que uno no es profeta en su tierra, veo algo de resistencia para eso. Incluso contacté a Miss Costa Rica para ofrecerle mis vestidos para el concurso y me dijo que no; no sé la razón.