La familia Briceño Méndez, oriunda de Grecia, Alajuela, tomó un vuelo el año pasado hacia Estados Unidos, donde sus miembros fijaron la ilusión de lograr una mejor calidad de vida. El objetivo era ir por unos meses, hacer una platita y regresar.
No fue nada fácil, pero la fe en Dios siempre los mantiene firmes y unidos. A su llegada a la tierra del Tío Sam, don Martín Briceño, de 40 años de edad se desempeñó como obrero de construcción y doña Keilyn Méndez, su esposa de 37 años, trabajó como niñera.
Llegaron con sus dos hijos, Andrey y Josías de 19 y 14 años, respectivamente.
Los cuatro han sido muy sanos. Pero en enero don Martín comenzó a presentar un malestar estomacal y se pensó que era una común “pega”. Sin embargo, según narró su esposa, tras un aumento en el dolor de estómago fue llevado al Hospital Metropolitano donde tras intensivos exámenes y escaneo le detectaron un cáncer de estómago.
La noticia les cayó como un balde de agua fría, pues nunca pensaron que era algo tan grave.
DIAGNÓSTICO DE CÁNCER
Fue operado el 11 de marzo y le dieron la salida al día siguiente. Le programaron el tratamiento de quimioterapia, pero 12 días después, reingresó con una alta temperatura y tras los estudios le confirmaron que adquirió el nuevo coronavirus.
Hoy, Martín Briceño, está libre del Covid-19, con lo que tiene sorprendida a la comunidad médica de ese centro, pues su caso se califica como un milagro.
Producto de la situación, ambos están sin trabajo, lo que agrava la situación, pero pese a las adversidades, dejan todo en manos de Dios.
“Necesitamos donde vivir los cuatro, por el problema de Martín, sería una bendición. Ahorita estamos arrimados a una casa ya que no tenemos trabajo por el problema de Martín. Aun así, en medio de tanta prueba, debemos alabar a Dios y estar felices”, expresó doña Keilyn.
A continuación, un extracto de la entrevista realizada a doña Keilyn, esposa de Martín, sobre la situación que atraviesan y la condición en la que se encuentra su marido.
¿Por qué viajaron a Estados Unidos?
-La idea en principio fue trabajar unos meses y devolvernos. Pero si lo vemos en el plano espiritual era para detectarle el cáncer a mi esposo. Un médico me dijo que era cáncer viejo, pero en Costa Rica nunca tuvo síntoma alguno.
¿Qué dicen los doctores que tratan a don Martin al ver que tiene cáncer y que contrajo el Covid-19?
-Los doctores están impresionados, al ver que tiene cáncer de estómago y aun así logró vencer el virus, pero eso solo tiene un nombre, Dios. Agradecemos a los médicos pues lo han tratado bien, han hecho un gran trabajo y están dando su vida por muchas personas.
¿Cómo fue ese 23 de marzo para ustedes?
-El lunes 23 (de marzo) cayó en el hospital con fiebre muy alta. Deliraba y hablaba tonteras; me decía que lo llevara a Puntarenas. Ahora yo me río de eso, pero confieso que he llorado. No estamos solos, Dios está con nosotros, estamos en un país que no es el nuestro, lejos de la familia, pero a la par de nuestros hijos. Cuando uno recibe este tipo de noticias, no lo espera, mucho menos en un país lejano, pero lo han tratado muy bien.
¿Él no tenía síntomas o dolores previos que alertaran que podría tener cáncer?
-Empezó con un dolor de estómago normal y corriente. La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) es muy buena y todo, pero hay que ser sinceros, en nuestro país quizá no le hubieran encontrado eso. A los primeros días yo le daba peptobismol, creíamos que se trataba de una pega. Ya eran 10 días en que comía y vomitaba por lo que fue al hospital. En términos de una hora a Martín le habían hecho examen de sangre, de heces, electrocardiograma y lo metieron en un escaneador que es como una cápsula. Tras los resultados se dieron cuenta que el problema era serio, entonces el médico lo envió al especialista; le hicieron la gastroscopía y la colonoscopia, fue entonces cuando se dieron cuenta de que efectivamente lo que tiene es un cáncer en el estómago.
¿Desde cuándo les está ocurriendo esto?
-Nosotros estamos viviendo todo esto desde el 16 de enero. Empezaron a hacerle los estudios. El 2 de marzo fue cuando lo internaron en el hospital y el 11 ya tenía un catéter puesto como en vía del corazón, pues por medio de allí le van a poner la quimioterapia. Gracias a Dios le han hecho estudios de todo. Vivo agradecida con todos los doctores. Ellos son ángeles que Dios ha mandado, porque nos han tratado muy bien. No somos de este país, pero puedo asegurar que aquí Nueva York a un indocumentado no lo tratan mal. Aquí lo humano está primero.
¿Deben pagar ese tratamiento?
-Gracias a Dios no debe pagar eso, porque a él ya le dieron un seguro, pero, de haber sido el caso, ya Martín lleva como ȼ100 millones.
BATALLA CONTRA EL
CORONAVIRUS
¿Cómo fue ese reingreso al hospital?
-Cuando le dieron la salida el jueves 12 y volver a caer ese lunes 23, me imagino que ellos ven en pantalla de la computadora que tiene cáncer y que ahora tiene coronavirus…
¿Cómo fue para ustedes darse cuenta que tenía el nuevo coronavirus, tomando en consideración que estaban en un proceso de asimilar lo del cáncer?
-La verdad, cuando a él le dijeron que tenía cáncer, yo no me asusté. Yo le dije a mi esposo que estuviera tranquilo, que el nombre cáncer no iba a ser más grande que el nombre de Dios. En el hospital están admirados. El positivismo y la fe no se puede perder jamás, eso es algo esencial. Agradecemos las oraciones de muchas personas, de la iglesia en Costa Rica y nuestros amigos, no hay palabras para agradecer, la verdad es que no hemos estado solos. El arma poderosa del cristiano es la oración.
¿Cómo recibieron la noticia de que estaba infectado con el coronavirus?
-Cuando cayó internado yo le dije que no iba a morir, que de esta otra también salíamos. Le dije que también necesitaba la fuerza de él, me puse a orar porque la temperatura le subía mucho.
¿Qué le decía don Martín en esos momentos?
-Me decía que los pulmones le dolían mucho.
Imagínese el dolor de estómago por el cáncer y el dolor en los pulmones por el coronavirus. Es demasiado, pero gracias a Dios, el viernes (3 de abril) a él le dieron la salida del hospital y ahorita lo tienen en un hotel por 16 días.
¿En algún momento usted o algunos de sus hijos tuvieron síntomas del Covid-19?
-Ya nosotros tuvimos síntomas muy leves, pero oramos y pedimos la misericordia de Dios. A mis hijos y a mí solo nos dio un poco de temperatura, pero ya estamos bien. A él le deben hacer el tratamiento de quimioterapia.
Con todo esto, ¿cómo está don Martín?,
-Está súper bien. Ya le volvió el olfato, porque con el covid-19 se pierde el olfato y el gusto. Esos síntomas los tuvimos mis hijos y yo, pero ya nos volvió. Ya está mejor, eso es obra de Dios.
¿Cómo califica todo lo ocurrido en estos meses?
-Imagínese usted, no ha sido fácil para él que es el que tiene toda esa carga encima. Más nosotros somos familia también sufrimos.
¿Qué tal el examen para detectar el coronavirus?
-El examen es horrible. Es que le metan por la nariz un palito y él dice que siente como que le sacan los sesos (se ríe). Es muy feo. (Se vuelve a reír).
¿Estuvo don Martín intubado en algún momento dada la enfermedad de fondo que presenta?
-Tuvo oxígeno, pero no estuvo intubado.
Producto de toda esta experiencia que han vivido, ¿cómo califica este 2020, doña Keilyn, al ver que Dios los ha ayuda a salir adelante?
-No tengo palabras. La verdad, Dios ha sido bueno con nosotros. Somos cristianos y lo peor que podemos hacer ahorita es alejarnos del Señor, pues todas las cosas que han pasado y las que están pasando nos dicen que su venida está más cerca que nunca. Debemos ser agradecidos y no darle la espalda. Dios quiera que de toda esta situación el ser humano aprenda y que pongamos las barbas en remojo.