Uno de los servicios que se convirtieron en un fuerte dolor de cabeza para los costarricenses es el de las citas para hacer las pruebas teóricas o prácticas de manejo.
Es impresionante el grado de ineficiencia de la Dirección General de Educación Vial, mientras la población busca desesperadamente obtener una licencia para conducir. Es un proceso de tortura.
A miles de ciudadanos les urge tenerla. Para algunos representa un documento necesario antes de comprar un vehículo, otros la necesitan como una herramienta para trabajar, en momentos que la situación económica nacional es sumamente compleja.
Bien dice Rodolfo Méndez Mata, titular del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), que el servicio que se le ofrece al usuario es una “vergüenza”. ¡Qué vergüenza!
Es impresionante que muchos usuarios deban esperar meses y años para acceder a campos cuando avisan de la liberación de citas. Es incomprensible que ofrecen de 10.000 a 20.000 cupos y cuando se ingresa a la plataforma de Seguridad Vial se bloquea.
Se escuchan recurrentes quejas sobre la inoperancia del sistema hasta ahora usado para asignar esos campos, lo que a todas luces debe solucionarse.
Por esta razón recientemente se dio a conocer a la opinión pública la posibilidad de tercerizar las pruebas de manejo, con el fin de agilizar el servicio.
Enhorabuena porque se necesita acceso dinámico a este tipo de trámites, no puede presentarse un estancamiento en las gestiones y menos si se destina personal y plataformas, que cuestan millones de colones al Estado.
No es de extrañar que de alguna forma se busque mejorar el servicio. Por ejemplo, el Banco de Costa Rica (BCR) hace los pasaportes y hasta renueva las licencias, lo mismo debería suceder con la asignación de citas para las pruebas escritas y teóricas. Urge dejar ese lastre de sistema que lleva años dando problemas.
Es obvio que la propuesta del ministro pone los pelos de punta a muchos trabajadores del MOPT, pero lo cierto es que deben imperar el servicio y la efectividad, aspectos que hoy tienen nota cero.
Dicen que las palabras del jerarca molestaron a los funcionarios de la Dirección General de Educación Vial, quienes buscan defender el arroz y los frijoles, pero tampoco es justo que hagan cada vez más caótico un trámite para la población.
Los ciudadanos están hartos de trámites burocráticos y sistemas obsoletos e ineficientes que no contribuyen en nada a mejorar los escenarios, sino más bien todo lo contrario, generan perjuicios.
Muchos salieron a decir que la tercerización significa lo mismo que privatización, a pesar de que el BCR es un banco estatal de todos los costarricenses.
Ceder estos servicios no es privatizarlos, eso es una mentira absoluta, y se comprueba con otros que están fuera de las manos del gobierno.
Si auditar, analizar y cambiar el sistema de citas de manejo revela trabas, lo propio es reestructurarlo porque el pueblo no debe seguir pagando platales por plazas y gestiones que no rinden.
El sistema de licencias es un problema, pero no desde esta administración, sino desde siempre. No hay año que las quejas disminuyan. Es urgente pasar bisturí en ese servicio y si se está pensando en tercerizarlo es indispensable valorar la mejor opción.
No es posible que sigamos pagando por dependencias ociosas. Sucede lo mismo con la construcción de obras viales, las dan en concesión, pero cientos de funcionarios contratados hace años para esos fines siguen drenando el presupuesto y lo peor es que no se ven los resultados. ¡Basta ya de oficinas sin funciones!
Aunque suena feo, el ministro Méndez Mata tiene razón, sobra gente en el MOPT, más cuando los servicios que ofrece al usuario dan pena.