La madrugada de ayer los caribeños se devolvieron en el tiempo, después de que un temblor de 4,7 grados Richter les recordara la catástrofe de hace 22 años.
Dichosamente en esta ocasión no se registraron pérdidas humanas ni materiales. El epicentro de este movimiento telúrico se registró 2 kilómetros al sureste de Milla, a 14 kilómetros de Matina, Limón.
De acuerdo con el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica, el origen del sismo fue tectónico por fallamiento local. Tuvo una profundidad de 17 kilómetros y fue percibido ayer a la 1:35 a.m.
El movimiento para algunos fue brusco, por eso recordaron la tarde del 22 de abril de 1991, cuando la tierra se sacudió bruscamente y en 40 segundos causó estragos. Además se cobró la vida de 48 personas.
PÉRDIDAS DE ¢22 MIL MILLONES
Las autoridades indicaron que el terremoto en esa ocasión registró 7,6 grados Richter y su epicentro se ubicó en Valle La Estrella, Limón.
La angustia, la desesperanza y el temor de los sobrevivientes acompañaban las réplicas, las cuales acumulaban 427 al 23 de abril.
Los esfuerzos de la provincia se destruyeron en 40 segundos, pues 5 puentes colapsaron, las carreteras tenían múltiples fragmentaciones de un lado a otro, centenares de viviendas quedaron severamente dañadas y otras se desplomaron.
Muchos de los ocupantes quedaron sepultados y otros simplemente fallecieron tras los fuertes golpes. Las pérdidas se elevaron a ¢22 mil millones.
Además se declaró estado de emergencia ante los múltiples derrumbes en carreteras y caminos. Sixaola y otras comunidades quedaron aisladas e incomunicadas.
El puente sobre el río La Estrella se desplomó, además casi por una semana Matina y Batán se quedaron sin agua ni luz. La alerta también se extendió a los muelles de Moín y Alemán.