Lo que parecía un rato agradable y tranquilo terminó por convertirse en un verdadero martirio, esto luego de que un hombre y su hijastro perdieran la vida en un accidente de tránsito, en el que supuestamente el chofer responsable iba bajo los efectos del alcohol.
A eso de las 9 p.m. del viernes unidades de Cruz Roja y Bomberos corrían los los alrededores del sector conocido como Abrojo, en la zona sur del país, pues en ese momento se reportaban 3 personas heridas por haber sido parte de un aparatoso choque.
Eduardo Montero de 28 años, y su hijastro Jean Carlo Berrocal, de apenas 7, perdieron la vida tras colisionar la moto en que viajaban con un vehículo tipo 4×4 marca Nissan Patrol (placas 517693), el cual era conducido por un sujeto de apellido Vega.
De acuerdo con versiones preliminares, el hombre del carro invadió el carril por el que conducían Montero y el pequeño, segundos después la tragedia se presentó pues los que iban en la moto cayeron a varios metros luego del impacto con el carro.
Los vecinos alarmados corrieron hacia el lugar para dar ayuda a ambos heridos, lamentablemente Montero ya estaba fallecido cuando fue abordado por los paramédicos, mientras que el menor fue estabilizado y posterior a ello trasladado de urgencia al hospital de Ciudad Neily.
Para desgracia, minutos después de haber ingresado al centro médico, el pequeño Jean Carlo fue declarado muerto debido a lo grave de sus heridas en cabeza y tórax.
VENÍAN DE MEJENGA
Montero, de quien se supo era guarda de seguridad en el PANI y jefe de la unidad de brigadistas del comité de la Cruz Roja de la zona, al parecer había estado viendo un partido en el sector de Abrojo junto al pequeño, uno de sus amigos conversó con este medio.
“Él estaba con nosotros en la cancha, le pedimos que pitara la mejenga, pero llegó y dijo que mejor no, que quería irse a la casa, se montó a la moto y se fue. Cerca de 25 minutos después nos avisaron que se había estrellado y que estaba muerto”, relató muy afligido Elmer Moyano.
Oficiales de tránsito llegaron al sitio, y como el sujeto de apellido Vega no quiso someterse a la prueba de alcohol lo tuvieron que escoltar junto con agentes del OIJ hasta el hospital, pues este tenía olor a licor.
Vecinos de la zona confirmaron que el sospechoso es un chofer pensionado del hospital de Ciudad Neily y que en más de una ocasión ha sido culpable de choques por manejar borracho.
El caso ahora pasó a manos del Organismo de Investigación Judicial.