La Sabana.- Ir al Coloso de La Sabana significó sacrificar el capítulo de anoche de “El Capo 2”, pero valió la pena. Si el tal Pedro Pablo León Jaramillo nos tiene al borde de la silla con sus amoríos, triquiñuelas y maldades, el platillo de La Sabana no se le quedó atrás.
Esta vez no apareció Tato con su falso personaje de sacerdote, ni los celos enfermizos de Bruna, tampoco la pechugona soldadora del submarino. Dos equipos saltaron a la cancha a darlo todo y valió el boleto.
La fría noche y el terreno húmedo no fueron excusa para que los leones rojinegros salieran en pos del resultado desde el pitazo inicial.
A punta de mucho toque en la cintura del campo los locales controlaron el choque en el arranque y hasta perdieron el miedo de llegar a las propias barbas del meta Maarten Stekelenburg.
Aparecieron Sancho y Venegas, entre otros, hasta que los visitantes se pusieron las pilas y le tomaron importancia al amistoso.
Alfonso Quesada se lució al 24\’ ante un riflazo de Aaron Hughes. Luego Ashkan Dejagah la puso pegadita al ángulo superior derecho de la cabaña de “El Rey”.
El celador de la puerta pintada de rojo y negro aprovechó la presencia de Patrick Pemberton en la Copa Oro para levantar la mano y decir “yo también atajo, y muy bien”. Quesada se lució ya sobre el cierre, pues a una mano le quitó el gol al exmanudo Bryan Ruiz.
Los hombres de Martin Jol terminaron asfixiando a los de casa hasta que el silbato determinó la obligatoria ida a los camerinos para el entretiempo.
Al regreso el choque volvió a ser de los blancos y llegaron los goles. Steve Sidwell conectó de cabeza al 61\’ al superar a Porfirio López, pero 10 minutos después empataría Allen Guevara al escabullirse entre los gigantones de la zaga inglesa.
Con un choque totalmente controlado Dimitar Berbatov puso el 1-2 desde los 11 pasos tras penal cometido por Juan Gabriel Guzmán.
El orgullo de Alajuelita, Bryan Ruiz, se encargó de poner la cereza sobre el pastel con el 1-3.
La Liga apostó siempre al ataque y el Fulham simplemente hizo lo que sabe. Enormes distancias de un torneo a otro pero un juego que debe ser grabado en disco compacto y reproducido, pues dejó muchas enseñanzas.
Ah, y no se hundió el submarino ni hubo balaceras.