El mundo globalizado en el que vivimos, con la creciente libertad de movilización de capitales y mercados de trabajo, exige una visión clara de lo que somos y de lo que queremos ser. Ese proceso que vive nuevamente la humanidad desde hace 60 años ha traído importantes beneficios a los países más necesitados de fuentes de empleo, con la deslocalización de la industria, que es la producción de partes de productos terminados en diversos sitios del mundo, para ahorrar en el costo de producción y maximizar el beneficio de la misma.
Esto ha llevado a los países a distinguirse por sus ventajas comparativas, que los vuelven atractivos a los inversores, según la oferta que les haga el país para invertir su dinero y establecer sus industrias en ese territorio.
A finales del siglo pasado con la caída del muro y de la URSS, las ventajas comparativas de Costa Rica eran su estabilidad política y su centenaria democracia, que generaban un clima de seguridad, jurídica sobre todo, para hacer negocios.
Sin embargo hoy vivimos otros tiempos y nuevas cosas han pasado, la crisis económica mundial de los años recientes y la aparición de nuevas economías emergentes, obligan a Costa Rica a poner las barbas en remojo y darse cuenta de que lo que antes nos distinguía, ahora más países también lo ofrecen. Ya no nos alcanza solamente con ser un país con una institucionalidad sólida como lo somos, sino que tenemos que crear nuevas ventajas comparativas, aprovechando el recurso más abundante que tenemos, el capital humano.
Desde este año y hasta el año 2030, Costa Rica recibirá como nunca en su historia nuevas personas que se integrarán al mercado laboral, mercado en el cual se compite ferozmente y solo los más calificados alcanzan el éxito que desean.
Por lo tanto el gran reto del próximo y de los próximos gobiernos es generar fuentes de empleo dignas y bien remuneradas para todos esos miles de jóvenes costarricenses, hombres y mujeres.
Para hacerlo hay dos vías, la fácil e irresponsable, la que usó Oscar Arias abriendo plazas en el sector público, metiendo empleados de más a cuanta institución tiene el Estado, como la Caja y la Corte, presionando agresivamente el déficit fiscal, como lo estamos viviendo hoy, o el camino difícil, pero responsable, que es brindándole a la gente capacitación efectiva para conseguir buenos empleos en Costa Rica o en el exterior.
Eso debe ser así para combatir efectivamente la creciente desigualdad en la distribución de la riqueza en CR, la más alta de nuestra historia, en donde hemos comprobado, lamentablemente, que el aumento de la renta per cápita, no significa distribución de esa renta, pero que sin embargo en tanto los peores asalariados no ofrezcan una mejor preparación, la situación no se va a revertir y es ahí en donde debe intervenir el Estado, con efectivas políticas de educación y preparación del recurso humano.
Y para muestra, un botón. ¿Se han preguntado ustedes que va a pasar cuando en la India existan mejores y mayores niveles de inglés? Yo creo que es una posibilidad muy rentable para varios call centers, pagar salarios más baratos por lo mismo que hacen hoy en día miles de costarricenses. Lo mismo pasa cuando importamos un producto elaborado con mano de obra barata, compite con nuestra mano de obra menos calificada afectando sus salarios y la pregunta es: ¿Cómo se compite con eso? Reitero: EDUCACIÓN.
Costa Rica ha sido un país exitoso, pero se ha dejado empatar, o como decimos nosotros, nos hemos dormido en los laureles, el exceso del Pura Vida nos está haciendo daño, ya que alcanzamos un momento de bienestar que duró pocos años, y que hoy resentimos en el costo de la vida, la falta de avances importantes para mantener el nivel de vida que nuestra clase media venía teniendo 20 años hacía atrás lo demuestra.
Mientras que en 2002 Costa Rica competía con Hong Kong, Malasia, Singapur, España, México y otros países que están superando el subdesarrollo, hoy es más fácil hacer negocios en cualquier país de Centroamérica, menos en CR, según el último informe del “Easy doing business” del Banco Mundial, lo que nos coloca en una carrera de velocidad para recuperar el terreno perdido.
Tenemos una oportunidad única en la historia que es nuestro bono demográfico, que si no es capacitado adecuadamente, tendremos un bono de vagabundos y delincuentes, en lugar de un bono de ingenieros, empresarios, científicos y médicos exitosos, como queremos que sea.
Para lograrlo se debe establecer una alianza con el sector educativo para formar profesionales en función del mercado laboral, pues nos encontramos hoy en día con la triste realidad de que muchos jóvenes con estudios universitarios concluidos no encuentran un empleo en el que se puedan desenvolver profesionalmente, pues sus carreras están sobrepobladas.
Yo he propuesto varias alternativas, una de ellas es un bono fiscal en el impuesto de renta de las U privadas para que puedan invertir en infraestructura para la enseñanza de nuevas tecnologías, ingienerías y servicios basados en el conocimiento, así como la apertura de especialidades médicas, y desarrollo turístico, que son hoy en día los principales motores de la economía costarricense y que de la mano con esto se debe actualizar la malla curricular de la primera y segunda enseñanza para que los jóvenes se empiecen a preparar desde temprana edad para crear procesos y no solamente repetirlos, como me enseñaron amí y le enseñan a mi hermana de 11 años.
Igualmente se debe revisar el criterio de admisión en las universidades estatales, ya que el principio de justicia social con el que fueron creadas no se está respetando. Las universidades que son financiadas con los impuestos son para la gente pobre de Costa Rica, no para los ricos, como lo son gran número de estudiantes hoy en día.
La educación no puede ser como el vientre de una mula, estéril. La educación en Costa Rica debe formar ciudadanos para el trabajo, la vida y la democracia.
Estoy consciente de que para lograr ese, mi objetivo más grande, la reforma educativa, hay que superar la “ingobernabilidad” que es cuando el gobierno pierde el respeto del pueblo, por eso el próximo presidente de la República ha de ser un hombre respetado por la población por lo que es, lo que ha hecho y lo que planea hacer en gobierno. Hoy miles de socialcristianos vemos materializado nuestro anhelo de volver al poder para servir a Costa Rica. Desde hace dos años veníamos buscando al hombre que pudiera unir al país y construir un gobierno de unidad nacional y lo hemos encontrado.
Soy un joven internacionalista de 20 años, voy a votar por primera vez en el 2014 y lo haré por el hombre mejor preparado por la vida para ocupar el cargo. Dr. Rodolfo Hernández cuente con mi voto, por ser lo que es, un hombre brillante y no por lo que sus adversarios quieren que sea.
Largo camino nos espera, pero en usted he encontrado al hombre que puede llevar a cabo las transformaciones profundas que este país necesita, no nos equivocamos los que hace mucho pensamos en usted para ser presidente de la República, gracias por sacrificar su comodidad, puede estar seguro de que Dios lo premiará por su amor al prójimo.
Estudiante de Relaciones Internacionales Universidad Autónoma de Centro América