Soy una mujer soltera de 29 años. Desde abril estamos con teletrabajo y como soy asmática tratamos mi novio y yo de no salir del apartamento. Por la misma razón dejamos el gimnasio y pensamos que esto iba a durar un par de meses así, dejamos de cuidarnos con la comida, pero ya llevamos nueve meses así. Ayer nos pesamos, he aumentado casi 18 kilos y mi novio 8 kilos. Me siento muy mal, nada me queda, y no soy la misma.
Es realmente preocupante lo que ha venido pasando en el país a raíz de la cuarentena. Hemos recibido una enorme cantidad de mensajes con relatos similares que describen cómo en cuestión de unos meses muchas personas han experimentado aumentos de peso sustanciales.
A veces se olvida que el trajín cotidiano, tomar el bus, ir a comer a la soda de la esquina, movilizarse en el trabajo “de aquí para allá”, subiendo y bajando escaleras, hacer filas, solo por citar algunas de las faenas usuales de tipo laboral, representan un gran gasto energético, que no sucede cuando se asume el teletrabajo.
En el día laboral de teletrabajo solo es necesario dar unos cuantos pasos, a veces tan pocos como de la cama a la computadora, de la computadora al televisor y de ahí nuevamente a la cama, con dos o tres idas al baño y a la cocina, y pare de contar. Se entenderá que el gasto energético es muy bajo, y si a eso le sumamos cierto descuido con la alimentación, debido a la facilidad de mandar a traer comida, y peor aún si es comida chatarra.
Debemos comprender que con el teletrabajo es necesario aumentar el tiempo que le dedicamos al ejercicio y ser muy cuidadosos con las tentaciones culinarias. Para aquellos que esforzándose no logran recuperar su peso ideal es recomendable buscar ayuda profesional.