Muchas veces cuando se tienen problemas, ya sean familiares, laborales o de salud, se suele recurrir a la fe para sobrellevar la dificultad y salir adelante.
Este fue el caso de Betty Rivas, quien con su confianza depositada en su fe pudo sobrevivir al cáncer.
En 2021, luego de trabajar más de 17 años en Farmacia del Hospital Calderón Guardia y llevar tres años pensionada, sintió un bulto en su pecho por el que finalmente recibió un diagnóstico triple negativo.
Este tipo de cáncer se caracteriza por ser muy agresivo y de rápido desarrollo, sin embargo, su familia, amigos y compañeros del centro de salud la apoyaron siempre.
Betty menciona que durante el tratamiento tuvo que hacer sacrificios, como comer cosas que no le gustaban, y aunque la quimioterapia no le produjo muchos efectos secundarios, asegura que fue un momento oscuro.
“La letra es pequeña, pero la enfermedad es grande. En el proceso uno pasa por un camino bastante duro, oscuro, pero al final lo logré, llegué a donde estaba la luz y salí adelante. Espero en Dios seguir así”, externó.
Según cuenta, las personas cercanas tenían miedo por la pérdida de cabello porque siempre le dijeron que era muy vanidosa, pero afirma que lo tomó bien.
“Yo tenía un pelo largo largo y negro negro. Siempre me hacía una cola arriba, un día me la hice y sentí que algo cayó: era mi pelo, todo se cayó.
De todas formas, creo que mi testimonio es uno de fe, porque con fe logré salir adelante”, agregó.
Asimismo, recalca su agradecimiento a la Asociación Nacional Segunda Oportunidad de Vida (Anasovi) por la labor que realiza, como las charlas y talleres que imparte, al igual que a todo el personal del Calderón Guardia que la acompañó durante el proceso completo.