Pese a las restricciones sanitarias aplicadas por las autoridades para contener la propagación del Covid-19 en el país, el 2020 finalizó con un aumento en la cantidad de homicidios en comparación con el año pasado cuando todo transcurría con normalidad.
Ante este escenario, Michael Soto Rojas, jerarca del Ministerio de Seguridad Pública (MSP), culpó a la atención que se tuvo que dar a la pandemia por dicho incremento, el cual es de cuatro casos, pues hasta el 30 de diciembre las autoridades registraban 568 crímenes, mientras que en 2019 hubo 564 muertes dolosas.
Oficiales de Fuerza Pública atendiendo la restricción vehicular sanitaria, uniformados desplazados a cuidar las fronteras y la vigilancia de locales comerciales que no respetaban los aforos, son parte de las justificaciones que el ministro mencionó.
Además, aseguró que el desplazamiento de recursos policiales a las manifestaciones y bloqueos, que pobladores mantuvieron durante semanas como parte de su rechazo a la negociación del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI), también se suma a la lista de razones por las que habrían aumentado los crímenes en el país.
De acuerdo con los datos revelados por el ministro Soto, el principal móvil de los homicidios es el ajuste de cuentas por venganza con un total de 300 casos de este tipo, lo que coincide con las estadísticas entregadas recientemente por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), donde también atribuyen a esa motivación la mayoría de las muertes.
En segundo lugar, se ubican las discusiones o riñas con 89 casos, luego está la comisión de otro delito con 77, causas aún no determinadas con 34, violencia doméstica 26, repeliendo actividad criminal 29, profesional 6 y sexual 7.
“Yo le podría explicar al ciudadano que la policía se tuvo que dedicar muchísimo tiempo a la atención de la restricción vehicular sanitaria porque teníamos que poner la mayoría del recurso en la noche, se tuvo que dedicar mucho tiempo a la protección de fronteras, recordarán que movimos muchísimo recurso y dejamos algunas ciudades con menos, tuvimos que dedicar recurso al control de los locales que no respetaban el aforo y tuvimos que dedicar recurso al tema de los bloqueos y manifestaciones sociales”, acotó.
MATABAN DE DÍA
Según manifestó Soto, la criminalidad muta, se acomoda y se transforma, siendo que para él esto habría generado que los delincuentes se adaptaran a las circunstancias que estaba enfrentando el país para no detener sus operaciones y, por el contrario, continuar con la mayor normalidad posible.
Para explicarlo, el titular de Seguridad Pública dijo que una muestra de esto es que como el horario de la restricción vehicular sanitaria era nocturno, entonces las autoridades comenzaron a notar que los crímenes ya no estaban ocurriendo en las noches, es decir, cuando había mayor presencia policial, sino que ahora los ciudadanos estaban siendo blanco de la delincuencia durante el día.
“En los momentos en que estábamos con muchísima actividad operativa tuvimos un incremento significativo y casi que el único mes que bajó fue abril. Además, reitero también que este fenómeno no es costarricense, la cantidad también aumento en otros lugares”, sostuvo.
Con lo anterior, Soto se refiere a que en otros países de la región también se representaron significativos aumentos en los homicidios como en Ecuador, Chile, México y Panamá, mientras que en otras naciones la cifra se redujo, tal es el caso de El Salvador, Honduras y Guatemala, no obstante, en estos tres últimos la tasa de homicidios es hasta cuatro veces mayor que en Costa Rica.
“Yo lo que les digo es que mucha de la actividad policial la tuvimos que enfocar a otro tipo de fenómenos, además recordarán ustedes que en mis funciones anteriores en la Oficina de Planes y Operaciones del OIJ hicimos un análisis que a como veníamos en 2017 la tendencia era subir”, comentó.
Asimismo, el titular del MSP manifestó que el tema de contener la violencia no solamente tiene que ver con factores policiales, sino que también se vincula con múltiples fenómenos sociales como la falta de oportunidades, empleo, narcotráfico y temas económicos.
CAMBIO DE MEDIDAS
Por otra parte, Soto también manifestó que la subida en los homicidios se comenzó a notar tras la flexibilización de las medidas sanitarias que motivaron a más personas a salir de sus casas para circular en la vía pública.
Una muestra de esto son las estadísticas de la policía judicial, que revelan que en 2020 el mes con menos crímenes fue abril, cuando la pandemia estaba iniciando y los asesinatos apenas fueron 36. En mayo los casos aumentaron a 49, pero en junio fueron 43, julio registró 49 hechos de este tipo, agosto tuvo una baja con 41, pero en setiembre aumentaron a 50, en octubre hubo 57, noviembre 56 y diciembre 45.
“Lo que nos afectó realmente es cuando ya las medidas sanitarias se empezaron a levantar, entonces a partir de agosto se nos vino el asunto para arriba. Entonces agosto, setiembre, octubre y noviembre la gente empezó a salir a la calle y empezamos a tener problemas complicados”, pormenorizó.
Soto agregó que durante los últimos meses se notó mucha tensión en la población, lo que desencadenó conflictos entre amigos e incluso familiares. Por ejemplo, en reiteradas ocasiones los cuerpos policiales atendieron riñas en que los involucrados minutos antes estuvieron tomando licor y de un pronto tuvieron una discusión en que uno apuñaló al otro.
A esto se suma que la mayoría de esos encontronazos ocurren en el interior de las viviendas, y según Soto, ahí los cuerpos policiales no pueden incidir.
“Cuando hacemos las planificaciones a diario para que se genere mayor presencia en los lugares donde hay más incidencia en delitos contra la vida, vemos estos eventos que ocurren dentro de una casa, la policía ya no puede hacer nada y esto ocurre en riñas familiares o violencia intrafamiliar”, concluyó.