“La única manera de tener ideas verdaderamente originales es romper con las formas tradicionales de pensamiento”, Edward de Bono.
Un mundo en constante y acelerada transformación nos enfrenta a problemas cuyo análisis requiere diferentes perspectivas retando los patrones rígidos y tradicionales de pensamiento. ¿Cómo serían las soluciones que podrían surgir al combinar audazmente la visión de diferentes profesiones en el matiz de convergencia al enfocarse en un objetivo común?
En el mundo del pensamiento lateral que nos planteaba Edward de Bono todo es posible. ¿Será la hora de que, como ciudadanos, empecemos a considerar este método de pensamiento para crear propuestas a los problemas país que enfrentamos? Esta puede ser una ruta hacia la innovación en la creación de soluciones generadas desde la interdisciplinaridad, aprovechando la multiplicidad de perspectivas y el enriquecimiento argumentativo y técnico de las propuestas.
¡Necesitamos con urgencia esos espacios que den rienda suelta al pensamiento creativo y disruptor! El paradigma debe cambiar. La gamificación en el proceso educativo debe permitir explorar sin temor la interdisciplinaridad y trabajo colaborativo. El mundo real plantea desafíos que requieren una visión holística del problema y de la solución propuesta; y que se aleje de las tendencias cortoplacistas usuales.
Imaginemos estudiantes de ingeniería, diseño, medicina, economía y artes resolviendo juntos el acceso a servicios médicos en comunidades remotas. La ingeniería aporta tecnología, el diseño mejora la experiencia del usuario, la medicina ofrece conocimiento clínico, la economía analiza la viabilidad financiera y las artes comunican el mensaje. El resultado: soluciones integrales que transforman vidas.
Esta sinergia, conocida como pensamiento lateral, permite ver más allá de lo evidente, encontrar conexiones donde otros ven fronteras y se cultiva trabajando con personas que piensan diferente a nosotros.
La colaboración interdisciplinaria es la chispa que enciende la creatividad. Incluir proyectos interdisciplinarios en los planes de estudio es una necesidad. Los talleres, hackathones, proyectos sociales o emprendimientos conjuntos son experiencias que formarán mejores profesionales y personas con empatía, adaptabilidad, humildad y compromiso con un futuro sostenible, equitativo e innovador.
Fomentar estas prácticas en las aulas es indispensable, pero no suficiente. Los que ya salimos de las aulas hace tiempo tenemos la deuda pendiente de crear estos lazos y proponer soluciones desde el abanico de perspectivas, criterios y técnicas. La humildad debe liderar la promoción de nuevos espacios creativos para visualizar a través del caleidoscopio de la interdisciplinariedad las soluciones integrales a los problemas que enfrentamos como sociedad.