Soy una mujer de 27 años, vivo en unión libre. Desde julio vivo con mi pareja, y la relación cambió totalmente desde ese momento. Él pasa en sus cosas y “ni me suma ni me resta”, pero los días que quiere que tengamos relaciones se pone muy cariñoso e interesado en saber cómo estoy. Eso me duele mucho, siento como que solo le intereso para el sexo. Se lo he dicho y me dice que son inventos míos.
– La relación de pareja hoy es entendida ante todo como un vínculo emocional, que se crea para que ambos se sientan emocionalmente plenos, de tal forma que la expresión de afecto es un ingrediente fundamental en el vínculo, y tiene que estar presente en el cada día, es decir, las parejas no solo deben tratarse bien y evitar enfrentamientos, ante todo, deben mantener un convivio cálido y afectuoso.
Desdichadamente, en nuestra sociedad al varón le cuesta expresar afecto aun cuando quiera a su pareja, y le hace difícil entender la importancia del cariño dentro de la vida marital. Por eso muchos varones suelen ser fríos y distantes, y se pasan la vida entera sin expresar ni compartir sus sentimientos.
Así, ese tipo de hombre de forma súbita se vuelve cariñoso, detallista y lisonjero como una forma de motivar a la pareja “para ir a la cama” con el agravante que, una vez terminado el acto sexual, vuelven a su frialdad característica.
Al inicio la mujer se siente desconcertada, pero luego comprende que esa breve “tregua” solo tiene fines sexuales, y comienza a experimentar un desagrado hacia la sexualidad, se siente “usada” y se siente decepcionada. Si esto no se modifica, puede llegar a afectar la calidad de la relación y hasta puede provocar la disolución del vínculo. A veces esta frialdad reinante cambia cuando ambos conversan y analizan la situación, otras veces se amerita ayuda profesional.