La música costarricense enfrenta un desafío de supervivencia.
A pesar del talento y la calidad de los músicos nacionales, el consumo de su producción sigue siendo muy bajo.
Según la Asociación de Compositores y Autores Musicales de Costa Rica (ACAM), apenas el 3% de lo que se escucha localmente proviene de autores ticos, mientras que el 97% restante corresponde a producciones extranjeras.
“Es importante atender lo que somos los ticos, cuál es nuestra identidad y apegarnos más a eso.
Es curioso porque nosotros mismos somos de los que menos escuchamos la música costarricense.
No es una tarea fácil”, afirmó Edín Solís, director de ACAM.
Solís agregó que la oferta musical ha evolucionado notablemente en las últimas tres décadas, gracias a la calidad de los compositores, pero advierte que el tamaño del territorio nacional y la falta de un mercado sólido dificultan el crecimiento.
“Costa Rica es un país pequeño”, y eso se torna “un poco ingrato para los compositores, intérpretes o bandas que quieren surgir, porque el mercado local no da”, señaló.
El director de ACAM también resaltó que la falta de una industria formalizada obliga a muchos compositores e intérpretes a buscar alternativas para sostenerse económicamente.
“La realidad aquí es que muchos artistas, para mantener su sueño, deben hacer de todo: tener su propio emprendimiento o dedicarse a otra labor.
Eso no ocurre en otras partes del mundo”, explicó.