En la atención a prensa, el presidente Alvarado indicó que la forma en la que vetó la ley que pretendía la rebaja al cobro del marchamo fue la más responsable, pese a la cantidad innumerable de críticas que recibió por firmar el veto un viernes, a las ocho de la noche y a menos de 24 horas de salir del país con rumbo a una cumbre sobre cambio climática que expertos catalogaron como un fracaso.
Prácticamente dos semanas después de que anunció el golpe directo al bolsillo de los costarricenses, el presidente volvió a comparecer ante la prensa, quienes cuestionaron la forma en la que actuó en cuanto a un veto que por bastante tiempo se negó a confirmar que haría.
“Lo de vetar el marchamo, creo que es, de un punto de vista, ustedes (prensa) me preguntaron por mucho tiempo y dije lo que pensaba del tema, me abstuve de confirmar si lo haría.
Cuando lo hice, ya viernes, dejé mi mensaje al país y les dije por qué lo iba a hacer, asumí ese costo político, sé que es una medida controversial, poco popular, pero es mi forma de proteger a Costa Rica.
El costo político me lo comí, ese costo me lo comí, porque creo que es lo más responsable de hacer”, declaró el mandatario.
Alvarado dejó claro que las criticas que lo tildaron de cobarde e irresponsable no le generan ninguna preocupación porque, aunque nunca lo dijo públicamente, siempre dejó abierta la posibilidad de vetar el proyecto.
Para muchas personas el veto no fue lo más grave del tema, sino que lo que peor que dejó al presidente ante el ojo público y político es que lo hizo sin dejar una posibilidad de que el proyecto volviera a la Asamblea para una nueva negociación, ya que lo firmó a unas horas de la fecha límite.
“El presidente está para que le dé explicaciones al pueblo, no está para que se vaya y que después llegue de una cumbre que no sirve para nada, sabiendo que acá se necesita que el Ejecutivo y el Legislativo negocien, que se vaya así es un acto de irresponsabilidad y cobardía”, mencionó en aquella ocasión el politólogo, Alonso Mora.
Ahora Alvarado encuentra serias trabas en el plenario en la negociación de proyectos del Ejecutivo, ya que la medida no cayó nada bien en las bancadas de oposición al Gobierno.