Su nombre no requiere presentación. Shirley Cruz, la mejor futbolista en la historia de Costa Rica, Centroamérica y el Caribe, conversó con Diario Extra para analizar el complicado presente del balompié femenino nacional. Lo hizo desde Francia donde trabaja en las ligas menores del Olympique de Lyon.
¿Qué tipo de trabajo está desarrollando en Francia?
– Estoy cumpliendo con mi parte formativa. En Costa Rica, solo tuve tiempo de sacar la licencia D. Ya tengo la licencia UEFA C, B y estoy cursando la A. Estoy concentrada en sacar los diplomas para poder más adelante dirigir un equipo en primera división acá en Francia. Estoy creciendo como entrenadora.
¿Cuál cree que sea el principal factor que tiene estancado el fútbol femenino nacional?
– Todo el mundo lo ha comentado, para mí es un tema de planificación y estructuración. El hecho de que hoy en día sea una mujer la que esté a cargo de la Unnifut a mí la verdad no me genera ningún orgullo. Creo que para que a las mujeres nos den más oportunidades tenemos que ir preparadas para ese tipo de puestos. En Costa Rica hay mujeres preparadas, lo que pasa es que, cuando uno se capacita, muchas veces molesta. Entre más sabe, a veces uno pide respuestas y no las obtiene, más bien genera incomodidad, eso mismo les pasa a varias compañeras mías.
¿La ha buscado alguien de la Fedefútbol para un consejo sobre cómo resolver esta problemática?
– No, para nada. Carol Sánchez, Lixy Rodríguez y yo realizamos un proyecto de sostenibilidad del fútbol femenino, ganamos un premio a nivel de Latinoamérica y viajamos a Suiza. Es un proyecto que, el día que lo expusimos, el jurado nos dijo que podíamos aumentar el presupuesto. Yo con Víctor Hugo Alfaro tengo una relación un poco complicada, yo por mis conocimientos no cuestiono, solo pregunto, y les incomoda. Usted les habla de economía y ya es un problema. No pueden organizar ni un calendario, ellas le expusieron el proyecto a don Víctor Hugo, al inicio estaba un poco quisquilloso, luego dijo “háganlo”, pero nunca abrió las puertas para conocer cómo se trabajaba. Después de eso no hubo nada. Si el encargado no quiere, no se puede forzar.
¿Qué medidas tomaría para evitar que se pierda el talento joven?
– Acá en la academia, las mejores chicas juegan contra hombres hasta los 12 años, ya se van perfilando, van a tener mucho aprendizaje, las proyectamos con equipos masculinos para potenciar aún más su desarrollo. Hay que estructurar primero las bases y después, poco a poco, generar más estabilidad en los equipos. No podemos pedir profesionalizar el fútbol femenino tan rápido. El país, o la organización, no estaba preparado para ese proceso.
¿Se refiere a que las mujeres jueguen contra hombres?
– Sí, pero solo hasta los 15 años. Acá (en Francia) las chicas de la sub-15 no juegan contra muchachas porque su campeonato no es de alto nivel, entonces no van a evolucionar porque tienen el pico de crecimiento antes que los hombres. Por eso, entre los 13 y 14 años pueden jugar en la liga masculina. Ellas están creciendo demasiado, a veces es frustrante porque se pierde, pero lo que crecen es increíble.
¿Sería necesario que haya voluntad de parte del fútbol masculino?
– Tal vez allá se puede hablar eso con Unafut o Linafa, para hacer algo similar, fusionar torneos para fomentar el crecimiento del fútbol femenino. Las chicas en divisiones de 12 años para abajo juegan mixto o compiten un equipo de chicas contra uno de chicos y no pasa nada. Ese tipo de alianzas fortalecen, la Unnifut tiene que encargarse de eso. En un futuro me gustaría empezar una academia en Costa Rica, pero la haría mixta, los chicos ayudan a pensar mucho más rápido, les generan a las chicas una cierta adversidad que lo hace a uno crecer, eso veo cada fin de semana acá en Francia. Es una idea que no cuesta dinero, es solo de cambiar un poco el reglamento para que se pueda realizar.
Mañana segunda parte
En la edición de este sábado, publicaremos la segunda parte de la entrevista con Shirley Cruz, en la que se refiere a la indiferencia e inacción que muestra la Federación Costarricense de Fútbol para reactivar el balompié femenino nacional.