Las municipalidades de Osa y Golfito apenas tienen lo justo para atender las necesidades de las comunidades que resultarían afectadas por un eventual terremoto de magnitud de mayor a 7 grados que se espera en la Zona Sur.
A la fecha Alberto Cole, alcalde de Osa, tiene asignados ¢200 millones para la emergencia, mientras que Freiner Lara, de Golfito, ha presupuestado ¢30 millones.
Ambos tendrán el aporte de recursos disponibles en el Fondo Nacional de Emergencias (FNE) para la posterior reconstrucción.
Otras comunidades como Buenos Aires, Corredores y Coto Brus tienen montos similares previstos para atender un eventual desastre y han recibido capacitaciones de los Comités Municipales de Emergencia.
Por ejemplo, el terremoto de Nicoya en 2012 causó daños por ¢50.600 millones (aproximadamente $100 millones). Se estima que el evento de Osa sea similar.
De acuerdo con Cole, esos recursos corresponden a la atención de la emergencia suscitada tras el terremoto, es decir, las primeras horas, con la prioridad de habilitar rutas de acceso y evacuación.
“El dinero con que contamos a la fecha nos permitirá hacer una reconstrucción de sitios prioritarios, como sitios para evacuar a las personas, compra de combustible y habilitar los albergues, así como las carreteras”, explicó.
Dichas acciones, de acuerdo con los cálculos de Cole, rondarían los ¢1.500 millones.
“Ciertamente se está preparado en la medida de las posibilidades de un gobierno local que tiene pocos recursos. A pesar de eso, sí hemos tenido una buena conexión con todas las autoridades”, expresó.
¢30 MILLONES
Freiner Lara, alcalde de Golfito, le aseguró a DIARIO EXTRA que el monto presupuestado para la atención de la emergencia es de ¢30 millones, el cual asignan cada año.
“Todos los años hemos venido presupuestando los ¢30 millones que serían utilizados en maquinaria, habilitación de caminos y albergues, lo demás sería manejado por medio de la Comisión Nacional de Emergencias”, explicó.
En Golfito se ha ido interviniendo las principales vías de acceso, sin embargo, prevé que surja un problema con la infraestructura vial y puentes, los cuales dejarían incomunicadas a algunas personas.
“En estos últimos años hemos venido trabajando intensamente en mejorar las principales vías e invirtiendo en temas de prevención y preparación de todas las comunidades ante la eventualidad”, agregó.
SIN ACCESO POR TIERRA
Marino Protti, sismólogo del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), dijo que uno de los riesgos es que el terremoto ocurra a finales de la época lluviosa.
Esa eventualidad implicaría que habría deslizamientos en algunas carreteras de la Zona Sur, que se quedaría sin acceso por tierra, lo que obligaría a dar asistencia por mar o por aire mientras se habilitan caminos.
“La ruta entre Buenos Aires y Boruca tiene deslizamientos aun sin lluvia, en la Costanera a cada rato hay deslizamientos. Muchos tramos del camino se van a ver como se vio Limón en 1991”, prevé Protti.
Desde hace varios años el Ovsicori pronostica un sismo de gran magnitud en la zona debido al proceso de subducción de la placa Cocos bajo la placa de Panamá.
Se estima que este terremoto tendrá una magnitud superior a los 7 grados en Richter. Eventos similares ocurrieron en 1853, 1900, 1941 y 1983.