En el Tribunal Especializado contra la Delincuencia Organizada, siete personas fueron condenadas a prisión por figurar como partícipes de una organización que se dedicaba al tráfico, almacenamiento, distribución, preparación y venta de drogas.
Dicho juicio, denominado caso Gamma, se llevó a cabo en una de las salas de este Tribunal, ubicada en el Primer Circuito Judicial, con una fuerte presencia policial y los encartados se mantuvieron estrictamente custodiados.
Dicha banda en apariencia centraba sus operaciones en Desamparados y El Huazo, así como en La Unión y Quebradas de Río Azul de Cartago.
Pero además de esto en apariencia también se dedicaban a cometer otro tipo de ilícitos como asesinatos bajo la modalidad de sicariato.
Los sentenciados fueron todos hombres, uno de apellido Quesada recibió pena de 50 años de prisión, Corrales y Chavarría 30 años de prisión, a Vargas 27 años de prisión, Altamirano 10 años de prisión, Hidalgo 9 años de prisión y Herrera 8 años de prisión.
Dichos sujetos en apariencia operaban con la adquisición de drogas por parte de terceras personas, las cuales se encargaban de ampliar los puntos de venta en las diferentes zonas donde tenía influencia la banda.
Se estima que dicha organización criminal contaba con varios puntos de venta donde comercializaban directamente con terceros.
Sin embargo, a su vez mediante la intimidación y daños a la integridad física, estas personas actuaban contra quienes no cancelaban sus deudas.
Otro hombre que también figuraba como sospechoso fue puesto en libertad por el principio de in dubio pro reo, el cual indica que, si el juez o el tribunal tienen dudas sobre la culpabilidad de un acusado tras valorar las pruebas disponibles, la sentencia o decisión judicial debe favorecer al acusado.
La prisión preventiva para estas personas fue extendida mientras la sentencia queda en firme.