Los costarricenses tenemos dos años de vivir una Semana Santa atípica, pues no hubo procesiones, por el tema de los aforos mucha gente no podía asistir a las eucaristías y tuvimos que estar en nuestros hogares viviendo estos días importantes para los católicos.
Sin embargo, este año hemos vuelto un poco más a la normalidad y gracias a esto se conmemorarán las fechas con diversos actos litúrgicos que rememoran la vida, pasión, muerte y resurrección de Cristo Jesús, los cuales se llevan a cabo en los templos y las calles.
En las casas se acostumbra preparar comidas propias de la época mientras la familia se reúne para ver las clásicas películas sobre temas bíblicos, trate de no excederse para no engrosar las listas de quienes deben ir a los hospitales por una indigestión, congestión o algún otro tema estomacal que pudo haberse prevenido.
No olvide que estos son días de reflexión, no son para excederse en el consumo de licor o cometer otros abusos contra la salud. Se trata de fechas ideales para compartir en familia, en ambientes agradables y sanos.
Resulta vital que durante estos días libres hagamos un alto y nos demos un espacio para reflexionar sobre nuestra espiritualidad, así como el comportamiento en familia y en la relación con el prójimo para tratar de ser mejores personas cada día. Es momento también de rogar a Dios para que nos libre de esta pandemia y a la vez agradecer el mantenernos con vida.
Durante estos días libres muchos se desplazan hacia lugares de descanso en busca de liberar un poco de estrés tras las restricciones sanitarias y de movimiento a las que hemos estado sometidos.
El sol del verano, la playa, la arena y el mar, así como los ríos y las montañas son los escenarios ideales para pasar algunos días, ojalá en familia, mientras el país regresa a la normalidad.
Los días santos son momentos en que gran parte de la población puede salir a despejarse para tomar fuerzas nuevamente ante el trajín diario.
Conocedores de la gran afluencia en sitios de recreo, las autoridades planificaron los operativos de cuido de turistas con el fin de evitar emergencias y muertes violentas. Para nadie es un secreto que para estos días es cuando más muertes trágicas se dan en las playas o en carreteras.
Pero pese a que los cuerpos de socorro han preparado todo para cualquier eventualidad, es el vacacionista quien tiene la responsabilidad primaria de velar por su seguridad y la de su familia.
Si aún no ha salido de casa, tome en cuenta aspectos importantes para no ser víctima de ningún tipo de accidentes y engrosar las estadísticas nacionales, además de evitar un dolor familiar.
Es importante que cada quien vele por el estado de su vehículo pues muchos de los accidentes ocurren precisamente por hechos que pudieron haberse prevenido y, si se revisan estadísticas, lamentablemente los irresponsables no son siempre los que mueren.
Cuando use el servicio de transporte público, sea ordenado, busque horarios tempraneros y seguros. No se lance a las garras del hampa cuando sale muy de noche o en las madrugadas. Además, sea observador y, si existe algún inconveniente en el bus o la buseta, comuníquelo al chofer o al administrador de la terminal.
Si la casa va a quedar sola, tome medidas estrictas. No sea confiado, cierre puertas y ventanas, coloque candados y avise a uno de sus vecinos más cercanos de su destino y deje algún número de contacto. Desconecte aparatos, ya que los incendios por cortocircuito son de nunca acabar y saturan las centrales telefónicas de emergencias por puro descuido.
Sin importar el sitio de paseo, cargue un botiquín con medicamentos básicos, no le consumirá mayor espacio, pero sí podría salvarle la vida. Así también lleve con usted los tratamientos de salud que usa permanentemente, no olvide las indicaciones médicas. No se automedique tampoco y menos cuando esté lejos de casa.
Recuerde alistar maletas con tiempo, lleve bloqueador solar y cremas, botellas de agua para hidratarse, no importa si es playa o montaña. El calzado y ropa apropiados son infaltables para un pleno disfrute. Usted conoce sus necesidades y las de los suyos.
Todas estas medidas de seguridad son importantes, no solo para gozar las vacaciones con tranquilidad, sino para que la diversión no se convierta en una tragedia para nadie.
Aprovechemos que vuelve la posibilidad de participar de todas estas actividades que son tan propias de los ticos.