Según estudios realizados, la pandemia también ha provocado secuelas relacionadas con el sueño en muchos pacientes de Covid-19 que presentan peor calidad de sueño, llegándose a hablar incluso del insomnio persistente como otra de las consecuencias de la pandemia.
“A ello, además de problemas de insomnio y cambios en los patrones de sueño, también se aprecian otros debidos a los problemas pulmonares, que hacen que durante el sueño el nivel de saturación de oxígeno sea más bajo de lo normal”, marcando esto un antecedente de suma importancia por las autoridades sanitarias y que debería ser atendido. Sin embargo, el panorama acerca de este último punto es desesperanzador.
Estudios clínico, arrojan información que el estrés provoca una disminución del tiempo de sueño.
Es decir, su eficiencia disminuye, algo que han experimentado directamente los profesionales que están en primera línea en la lucha contra el coronavirus. “Además de los pacientes, estos profesionales han visto resentida su calidad del sueño debido, entre otras cosas, al exceso de trabajo, los traumas sufridos tanto psicológicos como físicos y que, cada día e incluso cambios en el lugar de dormir por temor a contagiar a seres queridos de aquí en adelante”.
El sueño es un proceso fisiológico integral esencial para el correcto funcionamiento del sistema nervioso, provocando una buena calidad del mismo, efectos muy beneficiosos, tanto a nivel físico como emocional. “A nivel físico, por ejemplo, repercute en una mejor recuperación muscular o menor riesgo de sufrir una enfermedad cerebrovascular o cardiaca. A nivel cognitivo-emocional, tendremos una adecuada capacidad de nuestras funciones cognitivas en general”.
En contra, la privación crónica de sueño o el sueño de baja calidad va a tener efectos perjudiciales a estos mismos niveles.
En este sentido, son frecuentes trastornos como ansiedad, depresión, mayor irritabilidad, falta de concentración o cambios bruscos de humor. También puede provocar trastornos de aprendizaje, aumento del tiempo de reacción, fallos de memoria y alteraciones en el proceso de toma de decisiones, además de provocar mayor riesgo de presentar algunas enfermedades físicas o agravar las presentes, más allá de presentar fatiga muscular y somnolencia diurna.
Por consecuencia, no dude en solicitar la primera cita para que podamos evaluarle.
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