Con 2 metros de estatura y tatuajes tribales en el pecho y los brazos, Sebastián Lacayo Mora asusta a sus rivales debajo del aro.
Con 2 metros de estatura y tatuajes tribales en el pecho y los brazos, Sebastián Lacayo Mora asusta a sus rivales debajo del aro.
Este joven de 27 años juega con Sanatura-Escazú, líder de la Liga de Baloncesto Superior (LBS) y se ha convertido en un hombre clave para darles descanso a los postes titulares del equipo.
Cada vez que entra al rectángulo lo entrega todo, se pule en defensa para frenar a cualquier rival y busca en ofensiva tener presencia como anotador.
Aparte del baloncesto y su trabajo en Tech Data, Lacayo tiene otra pasión: los tatuajes. En estos momentos luce con orgullo sus mangas tribales en los brazos y las máscaras boruca en el pecho.
“Es algo que me gusta mucho, ya estos tatuajes llevan su ratillo, desde los 19 años me los hago. Además me llama mucho la atención lo que son las tribus y decidí tatuarme parte de su historia”, indicó.
Acotó que cuida mucho sus tatuajes, usa cremas especiales y trata de no exponerse demasiado al sol. Después de cada temporada se los retoca. “Hay que chinearlos, claro”, añadió.
No ocultó que al principio la gente lo veía feo por los tatuajes, pero cuando lo conocieron fue aceptado. “Algunas personas como que se intimidan y otras se asustan porque creen que me duele, pero no pasa nada, me siento bien y tranquilo”, explicó.
Lacayo vivió nueve años en Estados Unidos y regresó a Tiquicia hace tres Su sueño es estudiar administración o gastronomía.
Respecto a su rendimiento con Sanatura, Lacayo manifestó: “He ido subiendo de nivel, juego más minutos que antes y he trabajado duro en el campo cuando me toca relevar a los postes titulares”.