San Rafael, Alajuela.- No hace mucho tiempo Álvaro Saborío era “odiado” por la afición, haciéndolo pasar momentos de angustia. Los silbidos e insultos siempre iban dirigidos a él cada vez que botaba un gol o se equivocaba en alguna jugada.
Pero eso ha cambiado, y según su padre Álvaro Grant McDonald, se debe a la entrega del atacante dentro del terreno de juego, pues no se le arruga a nadie y disputa cada balón con agallas.
“Lo he visto bastante bien, con todo que en otrora no fue de la voluntad de muchos, pero gracias a Dios ahora el pueblo se comporta diferente con él y eso es positivo tanto para él como para uno como padre”, dijo a DIARIO EXTRA el exfutbolista y técnico, quien llegó ayer al Proyecto Goal para compartir con su hijo, al que ve pocas veces porque este milita en la MLS y el trajín con la “Sele” también dificulta una relación más cercana.
“A él nadie le ha regalado nada y como tal me siento muy satisfecho que reaccione con ese coraje. Se ganó el respeto de la afición por su pundonor”, añadió.
Por supuesto que McDonald nunca estuvo de acuerdo cuando la gente se ensañó con su hijo, llevándolo a experimentar un calvario. “Fue injusto cuando se le silbaba, por supuesto que como padre tengo que opinar de otra forma, pero ahora muy alegre por como le están saliendo las cosas”, agregó.
Sus compañeros han dicho que el aporte del corpulento artillero ha sido fundamental para entrelazar los lazos de unión en el vestuario. Lo señalan como el impulsor del cambio de actitud que tuvo la Tricolor de la cuadrangular a ahora.
Saborío está entrenando normal con el resto del grupo luego de experimentar algunas dolencias que le impidieron ser titular ante Honduras y México.
“Esperamos que pueda estar al 100% y que vaya a jugar depende del técnico”, comentó McDonald. Y como buen tico espera que la Tricolor clasifique a Brasil 2014.