Se despidieron de sus familiares como hacían desde hace varios meses, antes de viajar a San José, pero estos nunca imaginaron que sería la última vez que los verían con vida. De esa manera, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) describió las acciones que efectuaron Bernal Demetrio Barrantes Segura, de 56 años, y su hijo Jorjanny Barrantes Núñez, de 25 años, padre e hijo que fueron asesinados en San Cristóbal Sur en Desamparados y localizados dentro de la cajuela de un carro.
Esta revelación la efectuó Walter Espinoza, director de la Policía Judicial, en conferencia de prensa horas después del macabro hecho.
“Ellos fueron vistos por última vez por sus familiares el 22 de agosto a las 9 a.m., cuando se despidieron de ellos y les indicaron que se trasladarían a San José para efectuar unas actividades comerciales. A lo largo del día tuvieron contactos telefónicos, en la noche perdieron comunicación hasta que los divisaron fallecidos”, indicó.
Tras el análisis de los judiciales, quedó claro que los familiares desconocían sobre los alcances de los negocios de las víctimas, pero tenían en conocimiento que varias veces al mes efectuaban viajes a distintas partes del país para cerrar tratos.
El hombre de 56 años era intermediario en la compra y venta de vehículos usados, mientras en veinteañero laboraba como taxista pirata.
Debido a que los occisos no tenían antecedentes penales de gravedad, la dirección de la investigación se enfocó en sus negociaciones, pero por el momento no brindaron más detalles.
“Todo hace indicar que el hecho estaría relacionado con un ajuste de cuentas, parece indicar que hay un conflicto fuerte de carácter comercial que determina la muerte de estas personas dentro del vehículo. La naturaleza y características de los negocios que efectuaron aún no lo hemos revelado y estamos en el proceso de delimitarlo en las próximas semanas”, agregó.
DIARIO EXTRA preguntó sobre ciertas informaciones relacionadas con el caso, como si horas antes del homicidio una de las víctimas llamó al 9-1-1 avisando sobre su secuestro, pero se limitaron a decir que no se referirían al dato porque forma parte de la investigación y resulta prematuro revelar otros detalles.
Espinoza comentó que, desde el macabro hallazgo, la Sección de Homicidios efectuó todos sus procedimientos de rigor para esclarecer el caso, pero admitieron que hasta el momento han divisado pocos detalles y esperan que en las próximas horas los patólogos entreguen las autopsias para conocer si torturaron a las víctimas minutos antes del fatal desenlace.
El OIJ sí confirmó que los hombres perdieron la vida dentro del carro, un Toyota Echo color celeste, placas BDY672, al recibir varios disparos de arma de fuego calibre nueve milímetros. La cantidad de impactos que recibió cada uno todavía está en análisis, aunque el día de los hechos el departamento de prensa del OIJ comentó que el padre tenía seis heridas de bala y el hijo tres, pero Espinoza dijo que cada uno podría reportar cerca de seis.