Aunque nos educaron creyendo que la Campaña Nacional 1856 -1857, contra el filibustero invasor, giró en torno solo a las batallas de Santa Rosa y Rivas y así se ha conmemorado siempre. Lo cierto es que esta Campaña por la independencia, el honor y la soberanía de nuestra Patria, tuvo dos fases bien definidas: la primera que abarca todo el año 1855 (preparación del Ejército Expedicionario, por parte del Padre de la Patria, don Juan Rafael Mora y su Estado Mayor), incluyendo, además, en 1856, las batallas mencionadas; y la segunda fase, después de la epidemia del cólera, que se inicia en noviembre de 1856, con la reorganización de nuestro Ejército Patriótico, que se une a los ejércitos centroamericanos en la región sur de Nicaragua. Pero como sucedió con la batalla de Sardinal en Sarapiquí, el 10 de abril de 1856, el estadista y estratega don Juanito, previendo la incursión de los filibusteros por el río Sarapiquí, también envía 200 hombres al mando del general Máximo Blanco, el 3 de diciembre de 1856, a cortar el ingreso a la Patria de los esclavistas y a cortarles el suministro de víveres y pertrechos en la denominada Vía del Tránsito. La batalla decisiva, la batalla que sí da comienzo al fin del filibusterismo en nuestro territorio, se libra en Sarapiquí, el 22 de diciembre de 1856, en la desembocadura del río Sarapiquí con el río San Juan. Se le conoce como la Batalla de La Trinidad y a partir de ella, la campaña continúa con la toma de los vapores en Castillo Viejo, las batallas de Fuerte San Carlos, San Jorge, Ometepe y la otra de Rivas, en abril de 1857, en territorio nicaragüense. Entonces, por esas causalidades políticas y coyunturas históricas, Sarapiquí y su hermoso río, se convierten en territorio patriótico de Costa Rica ad perpetuam. Hubo muchos actos de heroísmo en estas batallas y, desde luego, también hubo héroes. Entre ellos, el barbeño Nicolás Aguilar Murillo, de extraordinaria acción en La Trinidad. Sobre ellos podríamos escribir a raudales.
La Municipalidad de Sarapiquí y el Ministerio de Educación Pública han unido esfuerzos, junto a un grupo de historiadores y académicos, para conferirle a esta porción del territorio costarricense, el lugar que le corresponde como escenario histórico y patriótico. El MEP ha incluido en el Calendario Escolar las batallas de Sardinal (10 de abril) y de La Trinidad (22 de diciembre), así como las modificaciones conceptuales y curriculares en los planes de estudio de I, II y III ciclos de la Educación Diversificada. Don Mauricio González y don Anger Smith, han contribuido con grandes aportes en la consecución de estos objetivos; igualmente la Dirección Regional de Enseñanza de Sarapiquí. Con la autoría del historiador Raúl Arias, se publicará pronto, una historieta relacionada con la versión histórica correcta. La Municipalidad de Sarapiquí le ha solicitado al señor ministro, don Leonardo Garnier, la declaratoria vía Decreto, entre otros temas relevantes, del 10 de abril como el Día de la Festividad Educativa, Histórica y Cultural Sarapiqueña. También se ha elaborado un proyecto, con contenido histórico, educativo, ecológico y turístico, con el fin de crear el Eco – Museo Ruta de los Héroes, con el apoyo, entre otras instituciones oficiales, del ICT. Desde luego que a todas estas acciones han contribuido enormemente investigadores y académicos como don Raúl Aguilar, don Pedro Rojas, don Armando Vargas Araya, don Luko Hilje y quien suscribe. Como corolario a este artículo, podemos afirmar con criterio histórico que la Campaña Nacional 1856 -1857, con el Libertador y Héroe Nacional don Juanito Mora a la cabeza, fue el muro de contención de las nefastas aspiraciones expansionistas de los esclavistas del Sur de Estados Unidos de Norteamérica y del Destino Manifiesto, que proclamó por aquellos años la doctrina Monroe. ¡Honor y gloria eterna para don Juanito Mora y los patriotas que ofrendaron sudor, sangre y vidas, por esta Costa Rica que tanto amamos!