El ambiente empezó a calentar en el Estadio Nacional a partir de las 7 p.m. Los clubes de fans coreaban y afinaban su garganta para el tan esperado evento; aún todas las sillas no se encontraban ocupadas, pero las ansias por ver a Sanz se notaba en el rostro de los asistentes.
En el marco de una hermosa noche de luna, Alejandro Sanz salió a escena enamorando a más de una. El cantante español encantó a cerca de 12 mil fans que asistieron al show, principalmente miles de ticas que coreaban sus canciones. Llamó la atención el recibimiento a los espectadores con una pantalla gigante con la frase: “Desde pequeño yo soñé”.
El show comenzó a las 7:45 p.m., gritando en coro : “Costa Rica, Costa Rica…” , además vestido con el atuendo que lo distingue siempre: camisa negra, jeans y una cadena grande al cuello con la que derrite a las mujeres. Sanz dio inicio al concierto con “El silencio de los cuervos” cautivando inmediatamente en un escenario totalmente iluminado con un diamante azul y luces reflectoras que durante todo el concierto no pasaban desapercibidas, hizo que el Nacional estallara en gritos.
“Espero que lo disfruten, este es su concierto, hagan lo que se les dé la gana y prométanse cosas imposibles”, mencionó el español en su pausa con esta frase conmocionó a sus seguidores.
Luego el repertorio siguió con 16 canciones, desde las más conocidas hasta las de su nuevo disco, pero la locura se dio en el momento que interpretó “Amiga mía”, “Mi soledad y yo” y “ Y si fuera ella”, las cuales hicieron vibrar el Estadio.
Bajo un cielo totalmente despejado con la luna de testigo, el público ni se sentó, muchas optaron por subirse en las sillas y no sentarse durante todo el evento, en donde entre cantos y bailongos disfrutaron a más no poder el show.
Los aplausos no paraban ya que el cantante dijo que dedicaría una canción a Costa Rica por ser el país con mayor índice de felicidad del mundo, las luces se volvieron tenues y entre instrumentos de viento inició a cantar “Paradise” junto a su corista Sara Divine.
Pero esto no era todo, ya que luego de una pausa el cantante salió a escena junto al piano y en la pantalla grande se empezó a enfocar a Sanz con una camisa de color verde. Los espectadores se mostraban con incertidumbre, sin embargo, segundos después se volvió completamente, sorprendiendo a muchos ya que vestía la camisa de Keylor Navas, el guardameta nacional que defiende el marco del Real Madrid .
Para infortunio de los fans el concierto debía terminar, sin embargo, deleitó a los ticos durante dos horas y media. Como de costumbre el artista presentó con la simpatía que lo caracteriza a todo su equipo de trabajo que lo acompaña en la gira. Sanz dijo adiós con “Capitán tapón” y “ Viviendo pizando”.