Poco más de 2.500 costarricenses participaron de la celebración más importante de la Iglesia La Luz del Mundo, en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, México.
Se trató de la octogésima edición de la Santa Convocación, que se lleva a cabo del 7 al 15 de agosto en la sede internacional de esta denominación religiosa.
El 14 de agosto fue el día cúspide de la celebración, que consiste en la ceremonia de la Santa Cena, donde quienes se congregan comparten el pan y el vino.
Este ritual viene a cumplir con el mandato de Jesucristo “Haced esto en memoria de mi”, palabras que dijo antes de ser crucificado.
Más de 500 mil personas, provenientes de 58 países donde está la Iglesia La Luz del Mundo, se congregan en dicho sitio.
Desde el 1 de agosto, estos fieles emprenden su viaje a la sede central, dejando sus trabajos, casas y sus países para participar en uno de los eventos religiosos más grandes de Latinoamérica.
Este acto, que constituye la fiesta más importante de dicha Iglesia, es presidido por el Apóstol Naasón Joaquín García, director y presidente internacional.
Para la Santa Cena, se requiere 600 mil pequeñas piezas de pan ácimo, creadas con seis toneladas de harina y dos mil litros de aceite de olivo; asimismo 20 mil litros de vino no fermentado, elaborado con 40 toneladas de uvas, para que las más de medio millón de personas participen.
El pan y el vino fueron repartidos por 3.500 ministros, quienes utilizaron 430 charolas para proporcionar el pan, así como 257 jarras y 1.120 copas para el vino distribuidas en 40 estaciones, todo esto en los tres lugares de congregación.
Este santo memorial del sacrificio, muerte y resurrección de Cristo además representa, para los fieles de la Iglesia, esperanza de vida eterna.
En Costa Rica, esta Iglesia reporta más de 7 mil miembros, con presencia en todas las provincias y cuentan con poco más de 100 sitios para reunirse en todo el territorio nacional.