Lo que leyó, salga si no tiene la necesidad de hacerlo por trabajo o comprar víveres. Diviértase, mantenga esa aura de arrogancia, de que a mí no me va a pasar nada o yo soy muy “listo” y las restricciones no se aplican a mí.
Salga, atrase cada día con sus acciones la posibilidad de que se reactive una economía de por sí frágil antes de esta crisis sanitaria. Qué importa miles de empleos perdidos, miles de familias que pierden su sustento y están desesperadas por hacerles frente a sus necesidades básicas, mientras yo tenga la posibilidad de ser rebelde y “sacarle el dedo” al gobierno, cuando en realidad lo está haciendo a toda la población.
Salga, así cada día muchos costarricenses por su acción no podrán tener acceso por más tiempo a un abrazo, un beso, una buena conversación con algún familiar o ser querido, o peor aún, si mueren, no poder darle la despedida fúnebre que se merecen.
Salga y demuestre que es parte de un sector de la sociedad costarricense que ha cambiado para mal, que ya no es solidario, les escupe a los valores individuales y colectivos, se ríe y burla con sorna de todo esto, eso sí, mientras no le afecte o alguien que quiere.
Salga para exponer que el gobierno con su presidente, ministro y autoridades son unos “vulgares tiranos” por emitir esos decretos y medidas, pero la verdad se han hecho más restrictivas por culpa de los propios ciudadanos, que se acogen a ese supuesto “velo de inmortalidad”, de ser reacios a la autoridad y de no hacer caso.
Salga, el “pura vida” ya es una ficción hoy en día, ahora mandan únicamente las necesidades de darle la espalda a Costa Rica y su gente, en especial a los miles de trabajadores de la salud y cuerpos policiales, entre otros, que con mística y heroísmo se sacrifican y se ponen en riesgo por usted.
Salga, por favor…
*Abogado