Con dos homicidios a cuestas y catalogado como una de las personas más temidas en La Carpio, un nicaragüense de 37 años salió a comprar el pan para el yodito de la tarde, como cualquier ciudadano, en el conflictivo caserío del oeste capitalino.
Agentes de la sección de Homicidios le seguía los pasos desde hace varios días, pero no fue hasta ayer por la tarde cuando lo ubicaron lo más campante frente a una pulpería, gracias a la colaboración de la Fuerza Pública del lugar.
Según el OIJ, el primer caso por el que se le investiga ocurrió el 11 de diciembre del 2011 y la víctima fue Freddy Alberto Portoblanco Maltés, de 22 años y también nicaragüense.
Al parecer fue agredido por un grupo de hombres, entre ellos el detenido, quien sacó un arma en medio de la gresca y le disparó. Aparentemente a Portoblanco ya se la tenían jurada y antes de acabarlo sus asesinos le dijeron que eso era porque se la debían.
Los plomos se alojaron en la cabeza, el pecho y la pierna derecha. Los socorristas lo remitieron de emergencia al Hospital México, sin embargo la mañana de ayer no resistió y falleció.
CUARTA PARADA
El segundo caso ocurrió el 8 de julio del 2012, la víctima fue identificada como Wilfredo Henríquez Caldera, de 30 años.
El informe de policial indica que al igual que en el otro hecho de sangre, el presunto asesino disparó contra su víctima en la parte izquierda del pecho mientras estaba distraída, pues ambos tenían problemas personales y el extranjero decidió acabarlos dándole muerte a su enemigo.
Henríquez estaba sentado en la acera con unos amigos en la cuarta parada de buses de La Carpio. Sus compas reaccionaron para llevarlo al Hospital México, pero cuando llegaron los paramédicos lo declararon muerto en el sitio.