El padre Enrique Rivero Hidalgo, sacerdote en Alajuelita, aseguró en los micrófonos de Extra Radio que está dispuesto a convertirse en un puente de diálogo para frenar la violencia en el cantón, que afecta principalmente a los jóvenes.
¿Desde el lado de la iglesia hay alguna forma de buscar un canal, crear un puente, buscar una tregua, un diálogo, cualquier camino que sea distinto al de darse bala?
“Yo estaría abierto perfectamente a eso. En realidad, como decía el Papa San Juan XXIII, la única manera de evitar los conflictos y de superarlos es con el diálogo; y si no alcanza el diálogo, pues más diálogo”, expresó el sacerdote, reafirmando su disposición a tender puentes y abrir espacios para la conversación.
“Nosotros podemos ofrecerles el estar abiertos a conversar y dar los espacios para ello, a ver si quisieran. Es una buena posibilidad también”, agregó Rivero.
Desde las iglesias de Alajuelita, tanto católicas como evangélicas, se trabaja con jóvenes mediante actividades deportivas, educativas y pastorales.
Según Rivero, estas iniciativas buscan ofrecer alternativas al dinero fácil que la delincuencia organizada promete a los adolescentes.
“Hay que conversar y conversar y buscar las maneras, porque realmente yo creo que ninguno quiere en nuestro cantón, incluso ellos creo, esta guerra que se está dando, y que en realidad nos afecta a todos, directa o indirectamente”, expresó el sacerdote.
Caminata por la paz
Además de fortalecer la unión entre los jóvenes, distintos sectores activos del cantón están promoviendo iniciativas que incluyan a toda la población de Alajuelita.
Rivero, párroco del Santuario Nacional Santo Cristo de Esquipulas, confirmó que las iglesias católicas y evangélicas ya trabajan en la organización de una caminata por la paz el próximo 14 de febrero.
Esta actividad tiene como propósito fomentar la unidad y la esperanza frente al incremento de la delincuencia. Asimismo, centros educativos locales participarán en este evento, que será una invitación a reflexionar y trabajar juntos por una comunidad más segura y solidaria.
“No queremos que nuestro pueblo siga sufriendo por esto; el dolor que queda en las familias es enorme”, concluyó el sacerdote.
Estas acciones ofrecen un rayo de esperanza a los habitantes de la comunidad, quienes demandan con urgencia mayor presencia policial, así como más opciones para el deporte y el esparcimiento. En la última semana, la violencia entre bandas criminales cobró la vida de 6 personas.