Trabajó en la hacienda La Pinta, de Martín Vallejos.
Con 30 años, el defensa santacruceño Javier Rosales defiende los colores amarillo y negro del Municipal Liberia.
Se entrega al 100% y salta a la cancha con el mismo coraje y entusiasmo que lo hacía hace muy poco, en época de pandemia, en la hacienda La Pinta, de Martín Vallejos, ubicada en Cañafístula de Tamarindo, Santa Cruz, donde era sabanero.
“Antes de venir a Liberia yo trabajaba en la hacienda La Pinta de Martín Vallejos. En ese entonces estaba en Segunda División en Santa Rosa, me levantaba a las 4 de la mañana y a las 7 de la mañana entrenaba. Ya volvía tipo 9.30 o 10 de la mañana y hasta las 6 de tarde salía de trabajar.
Hacía de todo, chapear, ordeñar, agarrar toros y con cuidado porque como decimos aquí son muy matreros. Cada vez que los toros salían a las fiestas íbamos a la montaña a agarrarlos. Era muy difícil y salía agotado. Estuve dos años así en pandemia e imagínate que ganaba ¢40.000 a la semana”, relató.
LO QUE VIENE ANTE SAPRISSA
Rosales señala que tanto en la afición como en el equipo hay gran ánimo por este encuentro, pues vienen haciendo las cosas bien. Van en la casilla 7 con 7 puntos, a 6 de distancia del líder Alajuelense, pero con un juego menos.
“Es motivante tener el estadio lleno, vamos a contar con todo el apoyo de la afición. En lo personal estoy muy contento porque gracias a Dios se están dando las cosas y el equipo está motivado y ansioso de que llegue la hora del juego para comernos el Monstruo”, sentenció.
Revela que con presión e intensidad le jugarán al cuadro morado. “Saprissa tiene jugadores de mucha jerarquía y son tricampeones. Es el equipo más grande de Costa Rica y le trataremos de ganar con nuestra afición”, afirmó.