Las autoridades de varias regiones rusas anunciaron estas últimas semanas aumentos considerables de salarios y primas para atraer voluntarios para ir a combatir en Ucrania, en su tercer año de ofensiva.
El Kremlin, que quiere evitar una movilización impopular como la que hizo con 300.000 hombres en septiembre de 2022, asegura que solo quiere enviar voluntarios contratados al frente.
Si las pérdidas del ejército ruso se clasifican como secretas, el aumento de salarios y bonificaciones sigue siendo un medio para reponer las filas de unidades diezmadas por casi dos años y medio de sangrientos enfrentamientos.
En el pasado, el aumento salarial ha sido una manera de reponer las filas, mermadas por largos y sangrientos conflictos.
Los voluntarios que luchan en Ucrania reciben un salario federal básico de alrededor de 200.000 rublos al mes, unos 2.000 dólares, pero el salario adicional varía de una región a otra. Es decir, la base salarial supera el millón de colones por mes y anualmente es de más de 12 millones.
El aumento
A principios de octubre, la región de Janti-Mansisk (norte), rica en hidrocarburos, anunció que pagaría ahora un salario anual récord de 5,27 millones de rublos (unos 55.000 dólares), más de cinco veces el salario medio anual ruso para aquellos que se unan al frente ucraniano. Esto equivale a 28.4 millones de colones anuales.
La prima por firmar se fijó en 2,7 millones de rublos (casi 28.000 dólares), lo que equivale a 14.5 millones de colones.
La región de Belgorod, fronteriza con Ucrania, por su parte, anunció en octubre un aumento en la prima de contratación a 3 millones de rublos (unos 31.000 dólares), frente a los 800.000 rublos anteriores, para los que firmen antes del 1 de enero. Ofertas similares se hacen en otras regiones, como Moscú.
En la televisión y en las calles, se multiplican también los llamados a participar del conflicto, promocionando las mejoras salariales.
En septiembre, el parlamento ruso aprobó una ley según la cual los cargos penales contra los acusados puedan ser abandonados, aunque el juicio no haya terminado, si los procesados firman un contrato con el ejército o son movilizados.