Hablar de talento y capacidad es hablar de Rigoberto Amaya, uno de los mejores vocalistas de Costa Rica, quien es noticia porque junto con su amigo, el productor Ronald Villalobos, decidió regalar serenatas en la puerta de su casa, en el marco del Día del Amor y la Amistad.
Ambos llegaron al programa “El Show de Ariel” por Extra TV y a DIARIO EXTRA para dar los detalles de las serenatas.
Es un honor que esté con nosotros. Vuelve a la música tras la pandemia para el Día del Amor y la Amistad. ¿Cómo serán estas serenatas?
-Gracias por la invitación. Estaremos el 12, 14 y 15 de febrero. Queremos llevar alegría, esperanza y un mensaje al alma, además de fortalecer el amor, el cariño y el afecto a las parejas casadas, novios e incluso amigos, mamás y papás. Es el Día del Amor y la Amistad, hablamos de ese amor ágape del buen amor. Deseamos motivar al pueblo costarricense en la Gran Área Metropolitana para que contrate a Rigoberto Amaya con todas las normas de higiene y protocolos que se deben seguir, a fin de hacer un concierto presencial en la puerta de su casa por 45 minutos a un precio bajo.
¿Cuánto vale llevar a Rigoberto Amaya a la puerta de su casa?
-Depende de dónde viva, pero anda por ¢75 mil entre cinco y seis canciones. Ya pasamos por una experiencia similar en el pasado Día de la Madre y por eso les digo que será una bella experiencia.
¿Qué piensa de volver a cantar y al fin tener cierto contacto con el público?
-Nosotros nacimos y respiramos música. Nacimos para estar con la gente. Nosotros hacemos arte. Tuve un accidente por una quema en el estómago y la faringe, ya estoy listo. Mi voz está clarita y hemos arrancando con mis conciertos cristianos, gracias a Dios.
¿Las serenatas tendrán sus éxitos cristianos y sus temas ochenteros, entre ellos “Solo como amigos”?
-Quisiera cantarles un pedacito de “Solo como amigos” para que la gente se identifique y entre en calor. Llevaré una peluca para recortar el copetazo que tenía en los 80, hace más de 30 años. El copete lo está usando medio mundo, hasta Keylor Navas.
¿La gente ama a Riberto Amaya por esos temas de los 80 o lo ama por los éxitos cristianos tras su conversión?
-Creo que me ama por ambos lados. Tengo los públicos. Siempre le he pedido al Señor que me dé gracia ante los hombres y esa gracia ha traído frutos. Cuando cantaba con Los Alegrísimos había gente que lo quería mucho a uno. Una vez una persona se me acercó y me dijo: “Por culpa tuya me casé con esa culebra”. Yo le pregunté cuál era mi delito y me dijo: “Esa señora me dedicó ‘Solo como amigos’, me pepeé de ella y ahora estoy sufriendo”. Me acuerdo que Roberto Quesada “Martina” y Arnoldo Gamboa llegaron a defenderme porque yo era muy delgado. Después de eso ya en la música cristiana he viajado a varios países con experiencias bonitas.
¿Cuáles países ha visitado en la etapa cristiana de su carrera?
-En Puerto Rico pegué una canción clásica que se llama “Perfecto amor”. De ahí salte a Europa y Suramérica, donde aún me faltan algunos países por conocer. El gran problema que tienen los ticos es que no les gusta irse de Costa Rica; sí se van, pero no como los salvadoreños, los nicaragüenses o los peruanos. Hay pocos ticos alrededor del mundo porque Costa Rica es una gran bendición.
Mucha gente no sabe que usted es salvadoreño con años radicado en Costa Rica.
-Así es. Yo amo a Costa Rica, la llevo en el corazón. Me enamoré de su cultura y de su gente.
¿Cómo llegó a Costa Rica?
-Llegué en lancha a Nicaragua, luego en ese país me vine en la cabina de un Toyota a Managua y de ahí tomé Tica Bus para Costa Rica. Eso fue en agosto de 1980.
¿Por qué se vino a Costa Rica?
-Por la guerra, no se podía estar allá. Hace 40 años, casi 41. Yo estaba calificado para ir al ejército, pero era muy delgado. Mi mamá no quería que fuera al ejército.
¿En El Salvador hubiera hecho lo mismo que en Costa Rica?
-Nunca, ni el 25%. Para mí la mejor decisión de mi vida fue venir a Costa Rica. Amo El Salvador, visito a mis hermanos, pero vivir allá no puedo.
¿Ya cantaba?
-Ya cantaba desde joven y estaba en grupos profesionales.
¿Hizo plata?
-Con la música secular no, pero con la música cristina sí, a pesar de que no cobro. Dios bendijo mi vida.
¿Tiene anécdotas?
-Claro que tengo varias anécdotas, una de ellas fue que una vez iba yo en el bus, pues no tenía carro. En esas épocas la mayoría de los músicos éramos unos limpios, se ganaba bien, pero nunca para pagar carro ni casa, los que ganaban bien eran los dueños y los socios. Me acuerdo que venía en bus, yo estaba bien atrás y un niño se subió a cantar, dijo: “Señoras y señores, les voy a cantar una canción y si son tan amables de regalarme una moneda…”. Me dije en mis adentros ¿será capaz que cante “Solo como amigos”? Y empezó a cantar: “Yo quería saber si me amaba, le confesé lo que sentía…”. Yo me tapé la cara, le di la moneda y me sentí muy honrado. Otra anécdota es que un 24 de diciembre estaba yo en Esterillos Este, allá por Jacó, comiéndome un arroz con camarones. Me acuerdo que alguien se puso a cantar en el karaoke y dijo: “Quiero dedicarle esta canción a María con todo mi corazón” y me dije ¿será capaz que cante una mía? Y empieza con “Me has dejado de amar”. Nunca se dio cuenta que el original estaba a la par calificándolo y por cierto le puse cero.
Finalmente, ¿qué les dice a quienes pueden llevarlo a su casa este 14 de febrero?
-Les digo que para mí esto de la música ha sido una experiencia muy linda y la he vivido por ellos. Mi vida, mis alegrías y mis bendiciones Dios me las ha extendido usando al pueblo costarricense, que ha sido un instrumento de vida y para mi esposa. Estoy agradecido con Dios y con todo el pueblo costarricense, por eso le digo a la gente que me llame y voy a cantar a su casa.
RONALD VILLALOBOS
¿Cuál es la idea con las serenatas?
-La idea es llevar la música de Rigoberto Amaya en vivo hasta la puerta de su casa con un sonido de alta fidelidad. Llevaremos una móvil para presentar un show de entre seis y siete canciones. Tendremos un momento agradable entre cada canción, vamos a guardar la distancia con un repertorio lindo, aceptable y alegre. Trataremos de llevarles el mensaje de unión y amor. Esta pandemia nos tiene a muchas personas perdiendo la libertad y esto es una actividad para la gente a la que le gusta el amor y la esperanza.
¿Dónde pueden llamarlos?
-Al 8962-1337 o bien entrar a la página de Facebook de Rovisa Producciones, incluso que nos manden un mensaje por WhatsApp.
¿Cómo les fue el 15 de agosto con esta idea algo diferente?
-Nos fue superbién. Arrancamos el pasado 14 de agosto y solo nos quedaron dos espacios, pero el 15 de agosto fue de locos, la agenda llena. Recordamos que arrancamos a las 9 a.m. y terminamos a las 7 p.m. en Alajuela.
¿Qué le dice a la gente?
-Que contraten a Rigoberto Amaya, que es la cereza en el pastel en el Día del Amor y la Amistad.