Lorena Amador, madre de Jeffrey Andrey Gómez Amador, de 18 años, quien fue reconocido por las autoridades como uno de los jóvenes que fueron baleados, asesinados y calcinados en Trece Millas de Moín, Limón, el pasado febrero, dijo que desde hace 15 días espera los restos de su hijo.
A pesar de no contar con el dinero para darle sepultura a su Jeffrey, aseguró que solo desea que su alma descanse en paz. “La última vez que vieron a mi hijo fue la tarde del lunes 28 de enero, en compañía de su amigo Aarón Josué Retana Retana, de 20 años, solo dijeron que iban a hacer un mandado y nunca regresaron.
Pusimos la denuncia el jueves siguiente y hasta hace 15 días nos confirmaron que se trataba de ellos. El cuerpo no nos lo han dado, pues nos dicen que hace falta un documento por parte del patólogo”, declaró Amador.
La mujer aceptó que su hijo acostumbraba consumir estupefacientes. “Fumaba marihuana y consumía cocaína, lo tuve hasta en Hogares Crea pero no quiso seguir ahí. A pesar de tener su forma de ser, él chambeaba y siempre andaba buscando qué hacer”, detalló.
Gerardo Castaing, criminólogo y exagente del OIJ, explicó que con el término “robots” se designa a los jóvenes encargados de distribuir drogas a pequeños traficantes. Aunque este caso aún no está resuelto, las autoridades presumen que Gómez y Retana eran “robots”.
Agentes judiciales continúan investigando si la muerte de Luis Avilés Monestel y Roberto Jarquín Vigil está vinculada con el narcotráfico.