El nicaragüense José Ramón Mendoza, de 51 años, no pudo soportar la idea de que su nieta sufriera por haber perdido su mascota, un perico que huyó de su jaula en El Rosario, Upala.
El nicaragüense José Ramón Mendoza, de 51 años, no pudo soportar la idea de que su nieta sufriera por haber perdido su mascota, un perico que huyó de su jaula en El Rosario, Upala.
Mendoza, quien se ganaba la vida como agricultor, salió de su casa a realizar unos mandados cuando vio al animal posado sobre unos cables eléctricos.
De inmediato tomó una varilla que encontró en el camino e intentó recuperar el ave, pero para su mala suerte esta tocó el cable de alta tensión y 39 mil voltios lo fulminaron.
“Mi compañera le dijo que dejara el perico queditico donde estaba, que ahí no estaba haciendo nada malo, y que a ella le parecía peligroso tocar los cables.
Inmediatamente después de dicho eso un gran estruendo se escuchó y fue cuando cayó del gran impacto. Corrimos a llamar al 9-1-1, sin embargo él ya estaba muerto”, explicó José Mendoza, hijo de la víctima.
Cuando los encargados de bomberos llegaron al lugar ya no había nada que hacer, solo revisar el cableado para evitar alguna emergencia adicional, así lo confirmó Cristian Villalobos, de Bomberos.
Los paramédicos de la Cruz Roja examinaron al agricultor, a quien declararon fallecido.
EL PERICO HUYÓ
Para colmo de males el causante de la muerte de Mendoza, el perico, huyó volando y nadie ha dado con él. Por más que los curiosos que llegaron al sitio lo buscaron, no hallaron ni las plumas del ave.
Familiares de Mendoza no salían de su asombro y más de una vez lanzaban un reclamo al cielo dirigido al agricultor, reclamándole por su desobediencia.
Agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) se encargaron del levantar el cuerpo, que fue remitido al Complejo de Ciencias Forenses del Poder Judicial, en San Joaquín de Flores, para su autopsia.