Washington. (AFP) – La bancada republicana del Senado de Estados Unidos rechazó por segunda vez este año una amplia reforma migratoria impulsada por el gobierno de Joe Biden y de las más severas en décadas, al considerarla una “artimaña” demócrata de cara a las presidenciales de noviembre.
Las encuestas muestran que la inmigración es una prioridad para los votantes antes de los comicios de noviembre, en los que habrá una revancha entre Biden y su rival republicano, el exmandatario Donald Trump, en momentos que los cruces ilegales alcanzan máximos históricos. La reforma de la ley migratoria fue redactada por ambos partidos tras meses de negociaciones, pero los republicanos la rechazaron en febrero, después de una intervención de última hora de Trump (2017-2021), quien está haciendo de la frontera un tema central de su campaña para volver al gobierno.
Los demócratas la llevaron nuevamente al pleno este jueves, donde cayó ante el primer obstáculo: una votación de procedimiento para iniciar el debate, en la que los legisladores del Partido Republicano rechazaron de nuevo el paquete.
Biden reaccionó en un comunicado acusando a los republicanos de poner la política partidista por delante del país para oponerse a “la aplicación de la ley fronteriza más dura de la historia”, mientras que el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, se comprometió a seguir aplicando la ley “con los recursos limitados” que tiene.
El líder republicano en la Cámara Alta, Mitch McConnell, ayudó a negociar el paquete cuando se lo adjuntó al de $61.000 millones en ayuda militar a Ucrania. Entonces lo aclamó como un “gran éxito desde cualquier punto de vista objetivo”. Sin embargo, McConnell desestimó el plan de volver a presentarlo esta semana como “una artimaña” destinada a impulsar a los demócratas antes de las elecciones reñidas y desviarse del historial de Biden en los problemas de la frontera, la cual registró un récord de entradas ilegales a Estados Unidos hacia finales del año pasado.
MÁS ESTRICTO
La votación se produjo en un momento que el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, estaba desesperado por aferrarse a su mayoría de 51 a 49 en el Senado, pero enfrentaba un panorama difícil. Los republicanos defenderán en noviembre solamente 10 escaños, mientras que los demócratas verán en juego 23. A pesar del fracaso, sirvió al objetivo de Schumer de proteger a sus senadores más vulnerables -todos en distritos donde la inmigración es tema principal- de los ataques de que los demócratas son laxos en materia de seguridad fronteriza.
El proyecto de ley, que exige una reforma del sistema de asilo y refugio, dotación de personal adicional en la frontera sur y poderes de emergencia para cerrarla cuando los cruces superen cierto umbral, representa la iniciativa más estricta contra la migración en años.
Al final ni siquiera pudo obtener una mayoría simple y mucho menos los 60 votos necesarios para superar las tácticas de bloqueo en la Cámara, ya que varios demócratas también se posicionaron en contra.