Washington. (AFP)- La represión del gobierno de Daniel Ortega contra la Iglesia católica en Nicaragua, con la expulsión o arresto de autoridades eclesiásticas, preocupa a la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (Uscirf).
Las relaciones se deterioraron desde las protestas de 2018, que Ortega vincula con un supuesto fallido golpe de Estado urdido por la oposición con el apoyo de Washington.
\”El régimen de Ortega muestra el más absoluto desdén por las organizaciones religiosas\”, afirmó el congresista republicano Mario Diaz-Balart durante una audiencia virtual organizada por la Uscirf, una entidad independiente y bipartidista establecida por el Congreso de Estados Unidos para vigilar, analizar e informar sobre las amenazas a la libertad religiosa en el exterior.
Este año el gobierno de Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo expulsaron al nuncio Waldemar Sommertag, pusieron bajo arresto domiciliario al obispo Rolando Álvarez, y detuvieron a sacerdotes y seminaristas.
La asociación Misiones de la Caridad, creada por madre Teresa de Calcuta, fue ilegalizada y las monjas tuvieron que huir del país, donde las procesiones religiosas están prohibidas.
\”La situación actual de Nicaragua es crítica y seguimos utilizando todas las herramientas diplomáticas y económicas a nuestro alcance para que se rindan cuentas por los abusos cometidos por el régimen y quienes lo apoyan\”, afirmó Patrick Ventrell, director de la oficina para asuntos centroamericanos del Departamento de Estado.