Una nueva iniciativa busca que las personas vuelvan a tener acceso a aquellos emprendimientos que se encargan de reparar artículos como calzado, textiles, aparatos eléctricos y electrónicos, muebles, y servicios de mantenimiento del hogar.
Este proyecto llamado “Derecho a Reparar” es una iniciativa creada por ecoins y tendrá un marco de acción en toda la región centroamericana.
“Promover acciones de reparación de productos es una forma efectiva para alargar su vida útil, reducir la generación de residuos y fomentar el ahorro de energía al evitar un exceso en la producción. La reparación no solo disminuye la necesidad de nuevos recursos, sino que también crea empleo local y fortalece la economía circular” indica Karla Chaves, directora de ecoins.
También, las personas reparadoras pueden agregar sus propios datos al formulario y asegurarse de formar parte de la primera y única plataforma virtual que centraliza la información de toda Centroamérica. El objetivo es incorporar al menos 200 emprendimientos de reparación para antes de su lanzamiento oficial en junio.
A nivel latinoamericano, “la generación de residuos sólidos urbanos alcanzó un volumen de casi 540.000 toneladas diarias y la expectativa es que, para 2050, la basura producida en la región llegue a las 671 000 toneladas cada día”, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
Para facilitar la creación de este directorio, se solicita información básica de reparadores en diversas categorías, como calzado, textiles, aparatos eléctricos y electrónicos, muebles, y servicios de mantenimiento del hogar.
En ese marco, “El Derecho a Reparar” busca reducir los residuos, conservar los recursos naturales, y brindar una alternativa económica a la compra de nuevos productos, además de generar ingresos para las familias que subsisten de la reparación y reconocer las actividades artesanales involucradas en este proceso.
¿Por qué reparar?
En nuestra región existe toda una tradición de reparación. Antes, era común encontrarse en los barrios, la persona encargada de reparar radios y televisores, zapateros, costureras, entre otros que tenían toda una clientela.
Pero la cultura de llevar a reparar las cosas se fue perdiendo en las últimas dos décadas. Ahora es más común ver personas que botan las cosas cuando se descompone.
Gustavo Paz de Ecoins encuentra tres ventajas de la reparación: “la primera de ellas es apoyar a micro y pequeñas empresas a que se desarrollen, lo que significa una mejora en la economía de las familias, pero también es una mejora en la economía de quienes llevan a reparar las cosas y finalmente una ayuda al medio ambiente, reduciendo la cantidad de residuos que se disponen en los rellenos sanitarios”.