Caracas. (AFP) – El régimen de Nicolás Maduro asumió su tercer mandato consecutivo, hecho calificado como un “golpe de Estado” según la oposición que descartó finalmente un viaje al país del exiliado Edmundo González Urrutia para tomar posesión en lugar del gobernante izquierdista.
Maduro, en el poder desde 2013, tomó juramento en una ceremonia con toda la pompa en la sede del Parlamento, bajo su control, al igual que todas las instituciones del país, incluyendo la Fuerza Armada, que por enésima vez le juró “lealtad y subordinación absoluta”.
Unas horas más tarde, la jefa de la oposición, María Corina Machado, indicó que González, no viajaría a Caracas. “Le he pedido que no lo haga porque su integridad es fundamental para la derrota final del régimen”, dijo en un video en redes sociales. “Juro que este nuevo período presidencial será el período de la paz, la prosperidad, la igualdad y la nueva democracia”, afirmó Maduro.
Maduro “no se puso (la banda presidencial) en el pecho, se la puso en el tobillo como un grillete que cada día le apretará más”, expresó por su parte Machado.
Estados Unidos tildó de “farsa” la investidura y subió a $25 millones la recompensa que ofrece por la captura de Maduro y su ministro del Interior, Diosdado Cabello.
Amplió a la vez a 18 meses el amparo que otorga permiso de residencia y trabajo a los migrantes venezolanos.
Donald Trump ya se refirió a González Urrutia como “presidente electo” y adujo que podría imponer más sanciones a Venezuela como hizo en su primer gobierno. La Unión Europea señaló que Maduro “carece de legitimidad”.
El Reino Unido lo tachó de “fraudulento” y anunció sanciones contra 15 altos cargos.
Por otra parte, el presidente ruso Vladimir Putin transmitió sus “felicitaciones” a su aliado venezolano a través de su representante en el acto, el jefe de la Duma, Viacheslav Volodin.