Nuevamente el accionar del alcalde josefino, Johnny Araya, dio de qué hablar en el Concejo Municipal. Esta vez por haber organizado la entrega de las llaves de la ciudad de San José, en el cantón de Escazú.
Aunque el alcalde intentó explicarles a los regidores las razones que tuvieron para hacer la entrega en el Hotel Real Intercontinental, lugar donde se hospedaba el presidente de China, Xi Jinping, la verdad es que la explicación dejó un mal sabor de boca en algunos de los presentes.
“Yo no sé si los ciudadanos de la capital van a estar conformes con lo que pasó. Pero en mi caso siempre he sido muy respetuoso y creo en la oposición con respeto, pero esto sí me molestó”, comentó el regidor Douglas Altamirano.
Para este miembro del Concejo la apretada agenda del mandatario chino no debió ser un limitante para hacer valer la posición del cantón como ciudad capital, mucho menos si dentro de los límites de esta se encuentran lugares como el Teatro Nacional, sitio en donde el presidente tuvo una cena en su honor el lunes.
También pudo realizarse en la Embajada de China, que se encuentra en Pavas, de manera que para Altamirano este fue un acto de irrespeto hacia los josefinos, quienes finalmente a través del pago de los impuestos son quienes dieron los recursos para comprar la llave que se le entregó a Jinping.
“Lastimosamente no existe un reglamento que regule la forma en que se deben entregar las llaves de la ciudad”, agregó el funcionario.
SIN INVITACIÓN
El otro tema que molestó a los regidores fue la desconsideración de la alcaldía al no haber extendido la invitación para este acto oficial, ya que al haber sido aprobado por el Concejo Municipal, era de suponer que ellos también debían ser parte de la actividad y no como se hizo, que únicamente se convocó a la presidenta y vicepresidenta del Concejo.
Eugenia Bermúdez durante su intervención mostró su molestia por lo sucedido y comentó que había sentido esta actitud como un irrespeto hacia la investidura del Concejo.
No obstante, también reconoció que la falta de un reglamento fue lo que provocó que estas cosas sucedieran, ya que aunque existe una normativa que le permite al Concejo aprobar que se realice este tipo de actos protocolarios, lo cierto es que estos no están reglamentados por lo que nadie sabe cómo, cuándo y dónde se efectuarán dichas actividades y quiénes son los responsables de hacer la entrega, si el alcalde o el Concejo.