Los diputados aprobaron un segundo debate una reforma a la Red de Cuido y Desarrollo Infantil (Redcudi) que permitirá ampliar su margen de cobertura, pero también brindará mayor oportunidad y seguridad para que las mujeres puedan buscar un trabajo o bien estudiar.
Cuando la madre jefa de hogar asume la posibilidad de dejar a su hijo en un centro de cuido tiene el chance de continuar sus estudios o buscar y realizar un trabajo con el fin de llevar recursos a su hogar y generar pagos de cargas sociales, gasto y consumo.
La diputada liberacionista María José Corrales explicó que el proyecto traslada la competencia de la Redcudi del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) al Patronato Nacional de la Infancia (PANI) e incorpora al Ministerio de Educación Pública como corresponsable de las alternativas de atención y cuido complementarias al programa académico.
Esa modificación hace que se incluya a toda la población menor de edad en situación vulnerable, sin distinciones o exclusiones, como venía funcionado hasta ahora, donde solo se aceptaba a los niños en condición de pobreza o pobreza extrema.
“Si una madre que tenía a su hijo en un centro de cuido y conseguía trabajo, y por ejemplo si ganaba ¢10.000 más del límite de pobreza, le decían que su hijo ya no calificaba y tenía que sacarlo de la Red, perdiendo luego el empleo que había conseguido”, explicó Corrales.
Cuando las madres logran ingresos superiores a ¢103.000 por persona del propio núcleo familiar son expulsadas de la Red, pues saltan la denominada línea de la pobreza.
Según una auditoría realizada por la Contraloría General de la República en 2015 se determinó que 1.777 menores dejaron de recibir la ayuda de cuido del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) porque las madres consiguieron trabajo y un salario estable.
Por eso la reforma se vuelve fundamental, más aún cuando la pandemia del Covid-19 hizo que más mujeres (52,5%) que hombres (47,5%) perdieran su trabajo.
Según datos del Informe Estado de la Nación, en 2019 la cantidad de mujeres ocupadas llegaba a 846.000, mientras que los hombres superaban 1,3 millones.
Las féminas ocupadas se sitúan ahora en 616.000, cifra similar a la de 2011, lo que representa casi una década de retroceso.
“El efecto de incorporar a las mujeres a la fuerza laboral reduciría hasta un 9% los índices de pobreza, según el Estado de la Nación”, recordó Corrales.
MÁS RECURSOS
El objetivo del proyecto es que la Redcudi amplíe considerablemente su cobertura.
En la actualidad la Red de Cuido alcanza solo al 6% de la población objeto, un 11% de la prioritaria y un 18% de la potencial. Estas cifras se traducen en un total de 56.000 niños y niñas que son atendidos, lo que resulta insuficiente para la necesidad real, que suma 519.000 menores de edad.
Con los recursos aprobados el Estado deberá transferir un 5% de lo recaudado en el año fiscal anterior por concepto de impuesto sobre la renta al Patronato Nacional de la Infancia (PANI).
Del total de estos recursos, el 20% se dotará a la Red de Cuido. Con dicha disposición se garantizaría al menos ¢18.000 millones anuales más. Su presupuesto en 2019 fue de ¢28.000 millones.
Además, según explicó Corrales, por una única vez se le trasladará los recursos del superávit libre del PANI y del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu), lo que permitirá obtener cerca de ¢38.000 millones.
Esto aumentará la capacidad de cuido en 20.000 niños más en el corto plazo, abriendo la oportunidad de empleos.
Ahora el presidente Carlos Alvarado debe firmar la ley para que los cambios comiencen en un plazo de seis meses.