En consideración con el artículo del señor Allan Astorga, publicado en Página Abierta el 16 de julio, damos a conocer a los costarricenses la realidad del proyecto de Modernización y Ampliación de la Refinería de RECOPE, que sí cumple a cabalidad en los aspectos ambientales y sociales, aunque se utilizan diversos subterfugios y especulaciones para desvirtuarlo.
Lejos de las supuestas incongruencias ambientales, el proyecto plantea la incorporación de tecnología de punta, con especial énfasis en unidades ambientales, bajo los principios de producción limpia y mitigación del cambio climático.
Ello comprende el manejo de residuos sólidos industriales, ahorro y uso eficiente de la energía, reducción de gases efecto invernadero, calidad de combustibles bajo estándares que los hagan más amigables con el ambiente (bajos en azufre, compuestos nitrogenados y aromáticos), cuyo efecto esperado es una reducción de hasta un 30% las emisiones de gases del parque automotor, pues permiten el uso de catalizadores en vehículos de gasolina y filtros para motores diésel.
Los parámetros de diseño para el tratamiento para los desechos líquidos, sólidos y gaseosos, superan la calidad ambiental exigida por la legislación nacional, y minimiza el impacto inherente para cualquier industria productiva. Un ejemplo es el azufre, que sería convertido en azufre elemental de empleo industrial en detergentes o fertilizantes. Se debe destacar el uso eficiente y métodos de reutilización del agua, que reducen significativamente los vertidos.
También está el aprovechamiento de subproductos generados del proceso de refinación como el coque (tipo de carbón) y azufre elemental, que incentivaría el desarrollo de nuevas industrias de petroquímica y fertilizantes. En el caso del coque se puede usar en generación de electricidad o hidrógeno, en la propia refinería o en la industria cementera.
Estos avances hacen que el costo-beneficio se extienda más allá de una refinería en Limón, ya que conllevaría un mejoramiento de la calidad del aire en el Gran Área Metropolitana y consecuentemente en la salud de los costarricenses.
Se afirma que con una refinería Costa Rica no logrará la meta de ser carbono neutral para el año 2021, lo cual es falso. Se sugiere que es mejor ampliar la capacidad de almacenamiento y continuar importando productos terminados, condenándonos a quedar totalmente vulnerables e inseguros ante problemas de abastecimiento habituales en épocas de crisis, y sin considerar las condiciones de operación y calidad ambiental de las refinerías extranjeras, que eventualmente podrían estar incumpliendo estándares ambientales e impactando en nuestra aldea global.
Realidad actual. Con una refinería no es que se descartan las energías alternativas. RECOPE sigue apoyando las iniciativas para nuevas fuentes de energía, al compartir el deseo generalizado de cambiar nuestra matriz energética nacional y dejar de depender a futuro de los derivados del petróleo. Sin embargo, eso será a mediano o largo plazo. Se requiere de mucha inversión, desarrollo y de un plan país consensuado, con presupuestos, metas, plazos, estrategias bien claras y definidas. Por ahora la eólica y solar solo atienden parte de nuestras necesidades, los biocombustibles siguen compitiendo con los alimentos. En Costa Rica habría que plantar grandes zonas más allá de nuestra superficie y sustituir la ganadería, el cultivo del arroz, frijoles, café y otros, para dar paso a la Jatropa o a la palma africana u otros cultivos aceitosos, o proceder a la deforestación para dar campo a los espacios cultivables para los biocombustibles.
La realidad actual es que los escenarios son inciertos y la reducción de demanda de combustibles fósiles no se perfila para los próximos 25 años. Dependemos del uso de los hidrocarburos en nuestra vida cotidiana; aunque seguimos esperando los milagros de la ciencia y descubrimientos prodigiosos que saquen al petróleo y sus derivados de los esquemas de consumo de los vehículos, el transporte público y aún de la industria de generación eléctrica, que siguen dependiendo de él. Nos encantan las ideas de energías renovables, pero despreciar la modernización y las tecnologías de refinación, bajo ese argumento, no es valedero cuando el único medio viable para permitir al país suplir la demanda proyectada de combustibles para los próximos 30 años y generar en desarrollo sostenible, depende de ésta.
*Vocero de RECOPE.