El pasado 4 de junio de 2013 se publicó en este diario un artículo de opinión escrito por el señor Allan Astorga, donde se plantean una serie de interrogantes ambientales sobre el proyecto de ampliación y modernización de la refinería de Limón, que por respeto a los lectores procedemos a responder por este mismo medio.
Primeramente, se plantea que la Refinería actual tiene más de 50 años y nunca se realizó ningún Estudio de Impacto Ambiental (EIA). Cuando la Asamblea Legislativa aprobó el contrato de construcción para la refinería en 1963 no se exigían permisos ambientales. Fue hasta la década de los 80 que se creó la Comisión Gubernamental de Control sobre los EIA, que en 1995 pasó a constituirse en la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (SETENA). Sin embargo, en 1997 cuando se ejecutó la primera etapa de la modernización, RECOPE realizó una Evaluación Ambiental Integral de todo el Plantel Refinería, la cual fue revisada y aprobada por la SETENA en ese mismo año. Por lo tanto, desde hace más de 15 años se cuenta con un EIA, el cual es un documento de consulta pública.
Agua subterránea. La pregunta del señor Astorga sobre cuál es la situación de un foco de contaminación de agua subterránea que se identificó en un sector de la refinería, cómo está el resto de la refinería y qué seguridad hay para acuíferos de la zona, indicamos en primer lugar, que la situación detectada en el plantel de RECOPE en Moín no tiene relación alguna con fuentes de agua para consumo humano en la provincia de Limón. Desde que se descubrió RECOPE emprendió las medidas de mitigación y de extracción del producto, lo cual es un proceso lento que conlleva varios años.
Incluso la Sala Constitucional conformó un órgano de verificación del proceso de remediación del área contaminada, con representación del Ministerio de Salud, AyA, MINAE, SENARA y RECOPE, que presentan reportes periódicos sobre el avance. Las evaluaciones se han hecho a lo largo de todo el terreno y se confirmó que el mismo está confinado y no hay focos similares en otros puntos del plantel.
Precisamente en el EIA del proyecto se encuentra la descripción exhaustiva del estado actual de la refinería en el ambiente físico, biológico y socioeconómico, incluyendo también el estudio sobre este caso de contaminación, y se muestran los resultados de los monitoreos periódicos de emisiones al aire, vertidos a cuerpos de agua y estado de los pozos y en lo que respecta a aguas subterráneas; queda claro que RECOPE mantiene sus parámetros de operación dentro de la normativa vigente, situación que puede corroborarse en los informes que se presenta a las respectivas entidades como el Ministerio de Salud y el MINAE.
No es correcto decir que al EIA que se realizó en el 2007 se le han hecho agregados; en una revisión del expediente se puede corroborar que es un solo documento, los términos de referencia según lo establecido por SETENA para la elaboración del EIA son de enero del 2011, el estudio fue entregado para revisión en agosto del 2011, actualizado en subsanaciones y aprobado finalmente en octubre del 2012, por lo que toda la información contenida en este estudio se encuentra actualizada.
En lo referente a la ampliación de la refinería, las nuevas tecnologías de diseño y construcción que aplica RECOPE para evitar contaminación de acuíferos están consideradas en la ingeniería de diseño y procedimientos de construcción de tanques de almacenamiento y planteles de distribución, aplicando normas de referencia nacionales e internacionales como API, NFPA y ANSI, medidas que son elaboradas con base en la experiencia internacional sobre infraestructura petrolera, y que han sido ampliamente comprobadas en la práctica por RECOPE en la construcción de los nuevos tanques y cargaderos.
Para la aplicación de las medidas de control establecidas en los compromisos ambientales, RECOPE cuenta con regentes ambientales con varios años de experiencia en proyectos de infraestructura, que se encargarán a tiempo completo de la fiscalización y control del proyecto, y una contraparte en el contratista que será el responsable del cumplimiento de todas las medidas establecidas en el Estudio como obligación contractual.
Control ambiental. El Sr. Astorga hace la suposición que el control ambiental propuesto altere la sostenibilidad económica del proyecto. Lo anterior no se justifica, debido a que la propuesta cuenta con unidades de control ambiental para emisiones gaseosas, desechos sólidos y tratamiento de líquidos, así como laboratorios y departamentos de monitoreo con su respectivo personal. Todo lo anterior está incluido dentro del plan maestro del proyecto y por lo tanto dentro del presupuesto.
Como último punto, se indica en el artículo que los beneficios ambientales netos del proyecto no son significativos. Sobre este tema, independientemente de la situación actual de la planta, es claro que se van a mejorar los sistemas de tratamiento de gases, gestión de desechos sólidos y tratamiento de efluentes líquidos de la refinería, incluyendo nuevas tecnologías y etapas de tratamiento avanzado; por lo que evidentemente se constituye en un impacto positivo neto y significativo, ya que el manejo de los desechos es precisamente uno de los puntos ambientales claves en la operación de cualquier refinería, y con esto podemos indicar que este proyecto es la etapa más significativa de la parte ambiental.
Asimismo, dentro de las principales mejoras ambientales, el proyecto introduce nuevas unidades que al eliminar el azufre del combustible y por lo tanto su emisión a la atmósfera, permitirán extraerlo y producir azufre elemental para su comercialización. Lo mismo se da en el caso de las unidades de alta conversión, que permitirán procesar los residuos más pesados y de bajo valor, para utilizarlos en la producción de coque de petróleo como subproducto, para su venta como combustible.
Con respecto a la calidad de los combustibles, contrariamente a lo que indica el señor Astorga sobre la no mejora en el contenido de azufre, actualmente se maneja una concentración de este compuesto en el diésel de 50 ppm, que con el proyecto se reduciría a 15 ppm, lo que contribuye significativamente a disminuir el efecto contaminante de las emisiones vehiculares y a mejorar la salud pública.
*Jefe de la Unidad Ambiental de RECOPE.