Hernán Alvarado tiene 83 años de vivir en Poasito, cerca del volcán Poás, y aún recuerda como si fuera ayer las veces que ha visto las erupciones. Este alajuelense conversó con DIARIO EXTRA sobre sus anécdotas.
Recuerda que de niño observaba maravillado las erupciones del coloso, las piedras incandescentes que lanzaba al cielo, cómo temblaba la tierra y la preocupación en aquellos días.
“Cuando tenía 7 años recuerdo que el volcán se toreó y vieras qué lindo. Uno veía cómo tiraba las piedras para arriba, parecía un juego de pólvora en la noche. Me acuerdo que duró como ocho días el volcán en ese plan”, relató.
Sin embargo, durante sus años viviendo en este lugar considera que esta es la tercera vez que ve el volcán con ese nivel de actividad, pero jamás se compara a cuando era un niño.
“Yo tenía un tío que en aquel tiempo sacaba azufre del fondo (del cráter) y lo vendía a la fosforera, entonces sacaba sacos de 25 kilos porque no podía salir con más ENTONCES YA TE DIGO EN ESE TIEMPO”, recordó.
Alvarado considera que actualmente no temen que el coloso entre en fase eruptiva porque por el momento solo perciben un fuerte olor a azufre.
“Nosotros hasta el momento no tenemos miedo. Esperamos que Dios nos cubra a todos porque es una comunidad grande y la ceniza no cae acá porque la dirección del viento se la lleva por otro lado”, explicó.
PROBLEMAS PARA RESPIRAR
El Periódico del Pueblo habló con Sandra Alvarado, hija de don Hernán, quien declaró que sí los afectó el olor a azufre y la ceniza.
“Para mí el problema aquí ha sido el olor el olor a azufre y la ceniza. Le cuento porque mi hija es asmática y por lo menos la semana pasada fue fatal toda la tarde, toda la noche e incluso hasta la madrugada fue este olor.
Es un olor que no se puede describir. No es a huevo duro ni a caño, es un olor feísimo, entonces eso le perjudica a ella porque pasó toda la noche con asma y ahí pasamos poniendo sobre las puertas pañitos con agua para que el olor no penetrara tanto”, narró.
Añadió que no teme vivir en ese lugar porque prácticamente toda su vida ha presenciado estas situaciones.
“No nos da miedo porque no nos perjudica nada, bueno, hasta el día de hoy, a no ser que nos pegue el revolcón”, acotó.
Sandra Alvarado
Vecina
“Para mí el problema aquí ha sido el olor el olor a azufre y la ceniza. Le cuento porque mi hija es asmática y por lo menos la semana pasada fue fatal toda la tarde, toda la noche e incluso hasta la madrugada fue este olor”.
Víctor Murillo
Comerciante
“Las ventas sí han bajado mucho porque ya no viene tanta gente y nosotros vivimos de esto, ocupamos vender. Afortunadamente las siembras de fresas no se han visto perjudicadas porque en la mayoría hay toldos”.