Federico Cruz fue el encargado de trabajar los temas en comunicación y propaganda de la campaña del presidente electo Rodrigo Chaves.
Ahora el publicista, director creativo y planeador estratégico del socialdemócrata recibirá el reconocimiento por su trabajo con la campaña que llevó a Chaves a la presidencia de la República.
Cruz fue invitado por la Escuela de Graduados de la Universidad George Washington, ubicada en la capital estadounidense, para que exponga lo vivido durante la campaña electoral de 2022.
Incluso el propio Chaves en redes sociales manifestó su alegría por el reconocimiento que recibirá su gerente de comunicación en campaña.
“Federico Cruz reconocido dentro de los grandes por una universidad de excelencia mundial. Ganó la elección de CR con casi nada contra mares de recursos de otros partidos y en dos rondas. Calidad mata plata. Lo veremos en campañas en otros países pronto. ¡Felicidades y mis gracias!”, publicó.
El publicista atendió a DIARIO EXTRA para conversar del reconocimiento que recibirá y de cómo llevó una campaña difícil de manejar.
A continuación, un extracto de la entrevista.
¿Cómo toma el reconocimiento a su trabajo en la campaña de Rodrigo Chaves?
-Me concedieron el honor de invitarme a la Universidad (George Washington) para dar una charla sobre el trabajo hecho en la campaña.
En frío, ¿cómo analiza la campaña?
-Fue una campaña superatípica, con un candidato que nadie conocía, que tenía miles de cosas en contra, con cientos de obstáculos, pero nunca echamos para atrás, nunca aflojamos, por eso ellos quieren escuchar una clase maestra de lo que fue esta quijotada.
¿Fue un dolor de cabeza llevar esta campaña tan complicada?
-Fue demasiado duro. Fue intensa, muy cansada, fue extremadamente agotadora porque todos los días era un capítulo nuevo. Esto fue como una de esas series de escándalo, intriga y terror en las cuales todos los días hay un escándalo nuevo. Todos los días nos levantábamos y decíamos ‘¿y hoy qué?’ (risas). Así te puedo definir esta campaña.
¿Todos los días era una incógnita nueva?
-Esta campaña fue una miniserie de no sé cuántos capítulos divididos en estos seis meses, donde todos los días sucedía algo nuevo.
En una campaña tan complicada lo más fácil es hacerse a un lado. ¿Pensó en algún momento tomar esa decisión?
-Nunca lo pensé. Vi gente a mi lado caerse y sostenerla, así como gente que me sostuvo a mí, pero definitivamente nunca me pasó por la cabeza abandonar el barco.
¿Su familia le sugirió en algún momento que abandonara?
-Para nada. Mi familia siempre estuvo muy anuente, muy positiva. Ellos tuvieron la paciencia de soportarme que yo me levantara todos los días en la madrugaba a trabajar. Les hacía bulla con llamadas, sonaba el teléfono, la tele, la computadora, no los dejaba dormir en paz. Mis días empezaban a las 3 de la mañana y no era que me quedaba dando vueltas, sino que me levantaba a buscar insumos para la campaña.
¿Con quién hablaba en esas llamadas?
-Muchas veces tuve que buscar consejos porque en estas cosas hay que buscar mucho consejo y ver varios puntos de vista para tomar decisiones. Hay gente en este mundo profesional que yo admiro y fueron consejeros que me ayudaron a seguir el camino de la forma correcta.
¿En algún momento usted o Rodrigo Chaves dudaron que llegarían tan lejos?
-Nunca dudamos, de nosotros mismos nunca dudamos. Nuestro peor miedo era que no sabíamos de qué eran capaces los que estaban al frente y se convirtió en una guerra psicológica porque no pararon de atacarnos. Nos metieron cosas que nos demostraron que asustaban con la vaina vacía.
¿Hay algún momento clave que recuerde?
-Hubo muchos, hubo mucha gente involucrada, lo que pasa es que todos somos un equipo maravilloso de gente que uno logra motivar para que trabajen y den los resultados que necesitábamos. Para mí la reunión que cambió todo fue en la que nos presentaron a don Rodrigo. Yo a él lo conocí un jueves a las 5 p.m. y ya a las 7 p.m. le estaba grabando un anuncio en un teléfono porque no tenía equipo a mano.
¿Desde ese momento usted no dudó en trabajar con él?
-Para nada. Desde que lo conocí dije: “Este es el jinete”. No me tuvo ni que convencer. Él lo tenía claro, él era la persona capaz para llegar a la presidencia.