II parte
Comentábamos la semana pasada que comienzan a aparecer en Internet reportes de diversas partes del planeta que destacan que hay un aumento de los casos de violencia doméstica. Algunos titulares de los principales diarios del continente afirman que es un fenómeno global. Por eso mencionábamos la importancia de que las parejas conozcan los factores que pueden generar estas desavenencias para así evitar estas conductas.
La semana anterior mencionamos cuatro factores propician desencuentros que a su vez pueden provocar separaciones, divorcios y la siempre nefasta violencia doméstica. Hoy citaremos seis factores más que propician estos roces.
Etapa de conocimiento: La cohabitación constante provoca que salga el yo en su verdadera dimensión y eso les permitirá a ambos conocerse a fondo. La experiencia puede ser maravillosa e inolvidable o por el contrario decepcionante e impactante. Así servirá para unir más a la pareja, para confrontarla sobre lo que cada uno debe cambiar o para entender que no son el uno para el otro.
Hacinamiento: El tiempo y el espacio son dos variables que condicionan la vivencia de pareja. Estar todo el tiempo juntos por sí mismo puede provocar roces, hastío, fastidio y saturación, sensaciones que aumentan si el espacio habitacional es pequeño. Por eso es recomendable que cada persona tenga actividades propias, que sirvan como un respiro para oxigenar la relación.
Familiares: Las parejas que viven con otros miembros de la familia, sean padres, tíos, sobrinos, que por lo general hacen más grata y variada la vivencia cotidiana. Sin embargo en familias disfuncionales es esperable que surjan conflictos entre los diversos miembros de la familia que influyan en el ánimo de la pareja y amargan los días de confinamiento.
Exparejas: Es muy frecuente en nuestros días que hombres y mujeres tengan hijos con una pareja previa, con la que no hay nexos emocionales ni sexuales, pero sí filiales, ya que ambos velan por los hijos mutuos. Es común que la relación se limite a los hijos y que primen el respeto y la sana distancia, sin embargo es relativamente común que ese vínculo con la ex sucede en malos términos o que genere roces con la actual pareja, situación que puede suscitar conflictos y disputas.
Factor económico: Esta cuarentena ha puesto a prueba las finanzas de todos, pero desde luego más de los que no estaban preparados y no contaban con ahorros. Ante esta presión económica algunas parejas se acuerpan mutuamente y tratan de encontrar soluciones como el ahorro y la búsqueda de ingresos extra, pero también la ansiedad y la tensión pueden conducir a roces, conflictos y reproche mutuo.
Distribución de tareas hogareñas: Hoy son muchos los hombres que realizan las faenas domésticas, sin embargo todavía abundan aquellos que al hacerlas todo lo empeoran y deben aprovechar esta cuarentena para afinar sus destrezas. Desde luego, todavía están aquellos que piensan que es un asunto de mujeres, postura que no está acorde a nuestros días y puede ser motivo de fuertes roces y desilusiones.
Como toda adversidad, esta pandemia puede convertirse en una oportunidad para fortalecer la relación, los lazos que nos unen a los seres queridos. Puede ser un punto y aparte para aquellos que se habían acostumbrado a vivir entre conflictos y que con la infección del coronavirus se dieron cuenta de que no hay razón para vivir peleando. Estos días tristes pueden ser un buen momento para prepararnos para una vida feliz.